Wax, una cara droga fabricada con extracto de marihuana y cuyo nombre es una referencia en inglés a su presentación en forma de cera, emergió como una moda en las “fiestas electrónicas” de adolescentes de las clases media y alta en Honduras.

El hallazgo, a principios de esta semana, de dos narcolaboratorios para producir Wax en dos barrios de la capital, Tegucigalpa, así como la captura de cuatro hondureños de una red de tráfico de esta y otras drogas inquietan a los cuerpos judiciales encargados del combate al narcotráfico.

“Hay, obviamente, alarma a nivel de las autoridades”, admitió Yuri Mora, vocero del Ministerio Público (fiscalía general) de Honduras.

“Se suponía que esa droga venía de afuera del país, pero lo que se ignoraba es que ya se estuviera confeccionando dentro de Honduras”, reconoció Mora en declaraciones a EL UNIVERSAL. En dos allanamientos desplegados como parte de la “Operación Rastreador”, en una vivienda de la colonia Las Colinas —de clase media— y en otra del residencial Las Hadas —de clase media alta—, agentes de la Dirección de Lucha Contra el Narcotráfico del Ministerio “encontraron unos laboratorios en donde estaban cultivando marihuana hidropónica con luces artificiales”, relató el funcionario.

Explicó que el objetivo de los narcolaboratorios era producir Wax, que surge de un proceso químico con el extracto puro de la marihuana.

Wax está siendo vendida en el mercado local a 150 dólares el gramo (unos 2 mil 700 pesos mexicanos). La Dirección investigó y comprobó que se vende en fiestas electrónicas [que organizan alumnos] de colegios de clase media y alta”, aseguró Mora.

“Es una droga muy cara” para una nación donde el salario mínimo es de unos 400 dólares al mes (7 mil 300 pesos), agregó.

La aparición de Wax amaga con azotar a un país que, como Honduras, es de los más violentos del mundo y que cerró 2015 con una tasa de 60 homicidios por cada 100 mil habitantes, con 5 mil 148 casos y a un promedio de 429 al mes y 14 al día.

La droga penetra terreno fértil de un país con una añeja crisis de inseguridad atizada por agudos escenarios de miseria e incontrolable corrupción policial, militar y política, mientras el narcotráfico externo y el narcomenudeo interno generan mortales pugnas en factores ansiosos por diversificar productos: el crimen organizado y las maras o pandillas juveniles.

De orígenes confusos y generador de prolongadas alucinaciones, Wax habría surgido en Estados Unidos a inicios de la década del 2010. Por sus ingredientes esta droga se puede esconder con facilidad, es inodora y muy difícil de detectar. Se consume en jarabes, pastillas, pipas o aplicándolo como pomada en los labios.

Las sospechas. Mora confirmó que las autoridades sospechaban de la propagación del Wax en Honduras.

La droga es de reciente aparición en Centroamérica, por lo que tampoco hay historial de decomisos en esta zona, que es uno de los pasos más importantes de cocaína del sur al norte del continente y está en una cadena criminal de la que Honduras es un eslabón estratégico.

“La Dirección sí sabía que andaban circulando un montón de drogas sintéticas usadas por los jóvenes, como la Wax, pero nunca se había descubierto un laboratorio donde se estuviera elaborando”, aclaró.

La red distribuía Wax y marihuana en Tegucigalpa, aunque vendía cocaína, ‘crack’ (derivado de la cocaína) y ácidos, reveló el funcionario.

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