El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, restó importancia al insulto de "hijo de puta" que le dedicó su homologo filipino, Rodrigo Duterte, que llevó a la anulación por Washington de una reunión oficial entre ambos mandatarios.

"No me tomo estos comentarios de manera personal. Es una forma que tiene de hablar", comentó Obama en rueda de prensa tras concluir una cumbre de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN) celebrada en Vientián y que contó con su participación.

En la cumbre de la ASEAN, ambos mandatarios conversaron por un breve instante, sin embargo, no cenaron juntos, como había adelantado el gobierno filipino.

En el corto encuentro, Duterte y Obama pudieron "limar asperezas", dijo a la prensa el portavoz del Ministerio de Exteriores filipino, Charles Jose.

Filipinas es uno de los principales aliados de EU en esta región del Pacífico donde Obama ha reorientado la política exterior de Washington para contrarrestar el auge de China

jlcg

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