Washington.— Para Hillary Clinton, el tema de la reforma migratoria, con vía a la ciudadanía, es de “clara y alta prioridad”. Así lo reafirmó ayer en una rueda de prensa, tras hablar en la convención de la Asociación Nacional de Periodistas Hispanos (NAHJ).

“En mis primeros 100 días” en la Casa Blanca, dijo, “presentaré una legis- lación para una reforma integral con camino a la ciudadanía”.

La clave, consideró, será que los votantes elijan en noviembre a congresistas y cargos públicos dispuestos a trabajar por la reforma migratoria, y pidió la ayuda de los electores hispanos para lograr que los demócratas logren la mayoría en el Senado y avancen en la Cámara Baja. “Si ponemos suficiente esfuerzo político y organizativo en esto, soy optimista”, aseguró.

“Confío”, señaló, en que “el resultado de las elecciones, en las que trabajo para ganar, mande un mensaje claro a los republicanos de que es hora de que dejen de obstaculizar una reforma migratoria”. Ello, insistió, marcará la diferencia e impedirá que se repita lo ocurrido durante la administración de Barack Obama, cuyos esfuerzos migratorios se vieron obstaculizados por los legisladores republicanos.

Ahí no terminaron las propuestas en migración de la candidata demócrata, quien dijo que buscará la creación de una “oficina de reforma migratoria” en la Casa Blanca para poder responder todas las dudas y dar información y ayudar a los interesados en este tema.

Mientras pase eso, Clinton aseguró que defenderá las medidas ejecutivas impulsadas por Obama en materia de migración, que ahora mismo están congeladas tras la resolución del Tribunal Supremo del pasado mes de junio. “Recuerden qué hizo el presidente: las volvió a presentar para que se vuelva a analizar el caso. Por tanto, DACA [el programa que beneficia a jóvenes indocumentados] y DAPA [para padres indocumentados de ciudadanos de EU] siguen vivos”, remarcó.

Esa defensa es, para la demócrata, una prueba de su postura tajante contra la deportación, y su interés en buscar una solución para proteger a los más de 11 millones de indocumentados que viven en EU con miedo de ser devueltos a sus países.

“Mi prioridad es [deportar] criminales violentos, no madres y padres trabajadores que ayudan a la economía, que pagan 12 mil millones de dólares al fondo de retiro”, explicó. Asimismo, prometió que cerraría todas las instalaciones de detención que están en manos de empresas privadas.

“Tengo una agenda muy activa y vamos a estar en ello porque creo en esto. Pero obviamente dependerá del resultado de la elección”, concluyó Clinton, en un último llamado al electorado latino para que vote por ella y los candidatos regionales y locales demócratas en noviembre. Un votante hispano que, afirmó, “no da por ganado”.

Del otro lado, su rival, Donald Trump, no cambió nada su discurso sobre el tema migratorio y ayer insistió en Iowa en que le llegan peticiones constantes para que construya un muro en la frontera con México, una barrera que, reiteró, pagarán los mexicanos.

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