La invasión de Irak seguirá persiguiendo a Tony Blair. Ayer se presentó en Londres un informe oficial que evalúa las pruebas con las que Reino Unido tomó la decisión de atacar a Saddam Hussein en 2003. Su conclusión es que el ex primer ministro ordenó la invasión “antes de agotar las opciones pacíficas” y apoyándose en información de “inteligencia defectuosa” que “se presentó con una certeza que no estaba justificada”.

John Chilcot, un alto funcionario de 77 años, compareció emocionado para leer las conclusiones del informe de 12 tomos en el que trabaja desde 2009. Rodeado por los familiares de los 179 soldados británicos muertos en la contienda, a Chilcot le tembló varias veces la voz durante la lectura. La empezó recordando las 251 mil muertes, entre civiles y militares, que ha causado la contienda, entre ellos los 250 de un ataque terrorista este fin de semana.

El llamado “informe Chilcot” examina la actuación de Reino Unido desde los meses previos a la invasión hasta la posguerra. Londres envió 30 mil soldados a Irak en una misión liderada por Washington. La investigación determina que ambos países socavaron la autoridad del Consejo de Seguridad de la ONU presionándolo a atacar el país asiático cuando aún no se habían agotado las alternativas pacíficas para resolver el conflicto con Saddam Hu-
ssein. “Los juicios sobre la severidad de la amenaza que representaban las armas de destrucción masiva de Irak fueron presentados con una certeza que no estaba corroborada”, señala.

Tony Blair compareció después de la presentación del informe. “Fue la decisión más difícil que he tomado. La tomé de buena fe. Expreso mi dolor, mi pesar y disculpas”, dijo el jefe de gobierno entre 1997 y 2007, quien ya pidió perdón en octubre por no utilizar la información del espionaje británico de forma correcta. Blair se excusó “por los errores en la toma de decisiones y el desarrollo”, y por no prever el caos que generó la caída de Saddam. Sin embargo, dijo no arrepentirse de la decisión, y criticó el informe por no considerar qué habría ocurrido si Hussein continuara en el poder. También dijo que no había ninguna alternativa mejor.

Los periodistas fueron muy duros con la actitud de Blair. “Dijo que la historia le juzgará por su decisión sobre Irak. Este informe es el primer juicio. ¿Por qué lo rechaza?”, preguntó un redactor. Ex combatientes y familiares de soldados británicos muertos también expresaron su enojo con Blair. Unas 200 personas se congregaron a las puertas del Parlamento para la presentación del informe. Matthew Jury, abogado de familiares de los soldados británicos caídos en el conflicto, dijo que se estudian medidas legales contra las “partes implicadas” en la decisión de invadir Irak, “si queda demostrado que actuaron de forma ilegal o abusaron de su poder”.

La investigación se inició en 2009 por orden de Gordon Brown, sucesor de Blair, en medio de las críticas por la ausencia de armas de destrucción masiva, argumento con el que se lanzó la guerra. Durante estos siete años el equipo de Chilcot ha estudiado 150 mil documentos del gobierno. El Parlamento debatirá hoy las conclusiones.

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