El presidente de Filipinas, Rodrigo Duterte, declaró el lunes un alto el fuego con las guerrillas comunistas con efecto inmediato e instó a los rebeldes maoístas a hacer lo mismo para acabar con décadas de violencia y fomentar la reanudación de conversaciones de paz.

En su primer discurso sobre el estado de la nación, Duterte dijo el lunes ante el Congreso que quiere "paz permanente y duradera" antes de terminar su legislatura de seis años, que comenzó el 30 de junio.

"Acabemos con estas décadas de emboscadas y escaramuzas. No vamos a ninguna parte, y cada día se vuelve más sanguinario", dijo dirigiéndose a las guerrillas.

Los negociadores del gobierno se han reunido con sus homólogos rebeldes y acordado retomar las conversaciones de paz en los próximos meses. Un líder rebelde que se autoexilió en Europa, José María Sison, tiene previsto volar de vuelta a Filipinas próximamente para reunirse con Duterte.

lsm

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