Sao Paulo.— Uno de los sospechosos de terrorismo investigado por las autoridades brasileñas se entregó ayer, un día después de que 10 supuestos simpatizantes del Estado Islámico (EI) fueran arrestados por presuntamente preparar un atentado a realizarse durante los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro.

Los detenidos fueron enviados a la Penitenciaria Federal de Seguridad Máxima de Campo Grande, capital de Mato Grosso do Sul (suroeste), informó la policía.

Las autoridades habían emitido una orden de detención contra el sospechoso que se entregó ayer, de nacionalidad brasileña y cuya identidad no fue divulgada.

El hombre se entregó en el estado de Mato Grosso (norte), fronterizo con Bolivia, y será trasladado ahora a la cárcel de máxima seguridad en Campo Grande.

Las autoridades todavía buscan a otra persona, contra la que también fue emitida una orden de arresto por sospecha de terrorismo y que no ha sido localizada.

Según las investigaciones, los sospechosos integraban una célula aficionada y desorganizada que sólo mantuvo contactos a través de servicios de mensajería por internet.

El grupo intercambiaba mensajes de apología del terrorismo, en los que se ensalzaban los atentados ocurridos en los últimos meses en Europa, y en los que sus integrantes planeaban la compra de armas con la supuesta intención de realizar un atentado durante los Juegos Olímpicos del próximo agosto.

Las investigaciones contra los sospechosos comenzaron después de que el FBI alertara a Brasil sobre personas que supuestamente estaban exaltando el terrorismo a través de las redes sociales, dijo el fiscal Rafael Brum Miron.

El ministro de Justicia, Alexandre de Moraes, informó que algunos de los detenidos juraron lealtad al Estado Islámico (EI) mediante un ritual en internet, pero que al parecer ninguno tuvo contactos directos con esa organización.

La ley antiterrorista de Brasil, aprobada el año pasado, prevé condenas de entre cinco y ocho años de cárcel por el enaltecimiento del terrorismo y la preparación de actos extremistas está penada con condenas de entre tres a 15 años de reclusión. La prisión preventiva en casos de sospecha de terrorismo es de 30 días, prorrogables otros 30.

Organismos de inteligencia constataron recientemente la aparición de grupos afines al EI que amenazan a Brasil en las redes sociales, así como la creación de webs extremistas en lengua portuguesa.

En Brasil no se ha detectado hasta ahora la presencia de la milicia islámica. Las autoridades brasileñas incrementaron en los últimos días las medidas de seguridad en Río.

Las Fuerzas Armadas patrullan en varias zonas de la ciudad olímpica y realizaron también simulacros de operativos en Sao Paulo. Para los Juegos se barajan asimismo medidas como bloquear vías e incluso suspender la señal de telefonía celular por momentos, según medios brasileños.

“Juegos, a salvo”. El director ejecutivo del Comité Olímpico Internacional (COI), Christophe Dubi, afirmó ayer que los Juegos de Río de Janeiro estarán “a salvo” de acciones terroristas y serán “seguros”. “Cuando la Olimpiada realmente comience, tengan certeza de que los juegos estarán a salvo y [serán] seguros”, dijo.

Contó que su hijo le escribió hace unos días para manifestarle su temor de que pueda haber un atentado en Brasil. “El terrorismo no está sólo en un país u otro. El terrorismo, infelizmente, es un factor con el que tenemos que lidiar”, insistió.

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