Oklahoma.— “Era mi compañero y el papá de mis hijos. No merecía morir así”. Son las palabras de Elizabeth Martinez, viuda de Miguel Chavez, el hombre que murió a manos de la policía en un autobús de Oklahoma.

En entrevista con Koco News, televisora de Oklahoma, Elizabeth afirma, en español, que Miguel era un “hombre bueno”, que no era un criminal y exige saber qué fue lo que pasó el 24 de junio, cuando él falleció. “Tengo tres hijos pequeños que me preguntan cuándo regresará su papá”.

Chavez, de quien algunos medios aseguran era mexicano, trabajaba para la empresa Waste Management y tenía varios negocios, donde empleaba a unas 20 personas, según Koco. La televisora afirma que funcionarios mexicanos están averiguando qué sucedió. La viuda, que de acuerdo con un perfil de Facebook estudió en la secundaria Ramón García Garibay de Celaya, Guanajuato, dice que su pareja no abusaba de las drogas, ni del alcohol.

Según las versiones de Koco y otros medios, el 24 de junio Chavez fue llevado por la policía al hospital St. Anthony para ser sometido a una evaluación mental, pues llevaba unos tres meses mostrando signos de tener algún tipo de padecimiento sicológico. Incluso, Koco, citando como fuente a Elizabeth, señaló que ellos estaban en proceso de divorcio. Documentos de la corte mencionados por la televisora revelan que él se quería llevar a uno de sus hijos para “salvar su alma” porque pensaba que “la familia estaba condenada”.

Sin embargo, el hospital lo dejó salir. Poco después, la policía recibió reportes de un auto vandalizado por un sujeto con actitud errática, que posteriormente fue identificado como Chavez. Luego, él se subió por la fuerza a un auto donde viajaban dos mujeres y les exigió llevarlo a determinado lugar. Ellas alegaron que él habría dicho cosas como “vienen a dispararnos” y que “la policía es el demonio”. Tras bajarse del auto se subió a un autobús, y es a partir de este momento que los hechos quedaron registrados en un video. Él tomó un extintor y el chofer pidió a los pasajeros que se bajaran. Luego subió una agente con la que él forcejeó. Un segundo policía subió y, ya derribado, le disparó varias veces. Ambos efectivos están suspendidos mientras se realizan las investigaciones. Pero Elizabeth quiere más. “Quiero justicia y saber qué pasó”, dijo a Koco.

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