Al nuevo jefe de la diplomacia británica, Boris Johnson, le gusta andar despeinado y hablar latín. Ha hecho comentarios ofensivos y vulgares sobre los presidentes de Estados Unidos y Turquía.

Y esas son sus metidas de pata recientes.

Cuando Johnson regresó a su casa de Londres luego de ser nombrado secretario de Relaciones Exteriores, un vecino había colocado un mensaje al lado de su casa que decía: "LO SIENTO, MUNDO".

Johnson, de 52 años, ha dicho una letanía de comentarios racistas y desconsiderados desde principios de su carrera como periodista. Se ha disculpado por esto y parece que volverá a hacerlo.

Después de su sorpresivo nombramiento dijo que "Estados Unidos será uno de los primeros de la lista" de disculpas, aparentemente debido a su comentario sobre la ascendencia del presidente Barack Obama.

En abril, Johnson criticó a Obama por insinuar que Gran Bretaña debería quedarse en la Unión Europea y lo describió como "parcialmente keniano" que tenía un "desagrado ancestral por el imperio británico".

Johnson fue un líder prominente de la exitosa campaña de referendo para sacar a Gran Bretaña de la UE que tenía sus propias aspiraciones de liderazgo, lo cual fue uno de los factores que la primera ministra Theresa May consideró al tratar de unificar el fuertemente dividido Partido Conservador.

Pero la decisión de poner a Johnson en el escenario mundial para hacer tratos con otros jefes diplomáticos está causando interrogantes, mayormente debido a que es propenso a decir algo que no debería en el momento equivocado, a veces de la manera más vulgar.

El líder demócrata liberal Tim Farron no puede creer que Johnson ahora representará a Gran Bretaña en el extranjero. Dijo que Johnson primero debe de disculparse con Obama por referirse a su ascendencia y luego disculparse con los líderes de la UE por decir que sus planes de Europa eran parecidos a los de Hitler.

"En este momento increíblemente importante en el que se determinarán las relaciones económicas y culturales de Gran Bretaña con Europa, es extraordinario que la primera ministra haya escogido a alguien con una carrera construida de bromas", dijo Farron.

Algunas de sus heridas parecen ser autoinfligidas. Durante la campaña del referendo a favor del Brexit, Johnson decidió participar en la competencia de una revista sobre poemas ofensivos hacia el presidente turco Recep Tayyip Erdogan.

Johnson "ganó" pero su quintilla con tinte sexual no fue bien recibida en Turquía, un aliado estratégico de Gran Bretaña y que es predominantemente musulmán.

En 2007 dijo que el aspecto de Hillary Clinton era igual a la de una "enfermera sádica de manicomio". Y el año pasado dijo que la única razón por la que no iría a algunas partes de Nueva York "es para no encontrarme a Donald Trump".

"Quisiera que esto fuera una broma, pero temo que no lo es", tuiteó el ex primer ministro sueco Carl Bildt, tras enterarse de quién será ahora el jefe de la diplomacia británica.

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