Washington.— El Partido Republicano incluyó en su programa electoral la construcción de un muro en la frontera con México, propuesta que ha sido impulsada por Donald Trump en su campaña por la candidatura presidencial de esa agrupación.

El comité dedicado a la redacción de las propuestas terminó ayer su trabajo, y presentó un borrador que incluye “la construcción de una barrera física que cubra por completo la frontera sur y sea suficiente para parar el tráfico vehicular y de personas”.

Sin embargo, el documento no da detalles sobre quién pagará por el muro, a pesar de que Trump repite sin cesar que será México.

El comité redactor, compuesto por 112 miembros de la agrupación conservadora, planteó las líneas que guiarán la política de Trump y los legisladores republicanos para los próximos cuatro años.

Se prevé que el programa sea aprobado sin tocar ni una coma durante la Convención Republicana, que se celebrará la próxima semana en la ciudad de Cleaveland, Ohio, de la que el magnate saldrá como candidato oficial a la presidencia.

La inclusión de la construcción del muro representa una de las grandes concesiones del aparato del partido conservador a las ideas de Trump, pero no es el cambio más significativo en el ideario conservador. El más destacable es el giro hacia el proteccionismo económico que prodiga el magnate, divergente de las ideas librecambistas tradicionales de los conservadores estadounidenses.

“Un presidente republicano insistirá en la paridad en asuntos comerciales e implementar aranceles compensatorios si otros países se resisten a cooperar”, indica el documento, que, sin embargo, no se opone al Tratado de Cooperación Transpacífico (TPP), cuya ratificación legislativa pide que “no se apresure”.

También se incluye un texto en el que se pide someter a un “escrutinio especial” a aquellas personas procedentes de países que “apoyan el terrorismo”, una versión diluida de la petición de Trump de prohibir la entrada a inmigrantes provenientes de países con un historial de terrorismo.

La redacción final del programa electoral republicano —el cual se dará a conocer oficialmente el próximo lunes— representa un giro a la derecha de muchas de las políticas y posturas que seguramente generarán controversia, como la definición del carbón como energía “limpia”, la prohibición a las mujeres soldado de entrar en combate y la declaración de la pornografía como “crisis de salud pública” contra la que hay que luchar.

En cuanto a temas sociales, los delegados acordaron propuestas restrictivas en asuntos de diversidad de género, a pesar de las peticiones de moderación de algunos sectores. Lo mismo sucedió con temas como el aborto y la investigación con células madre, opciones totalmente descartadas y prohibidas.

El programa insiste en la necesidad de que se respete el derecho a portar armas y no se persigan mayores controles, como piden los demócratas.

“Este programa es varias cosas: un manual para devolverle el poder a la gente, una guía sobre los principios constitucionales y una hoja de ruta para aumentar las oportunidades económicas a todos, incluidos los que están en los márgenes”, concluyó al cierre de la reunión el presidente del comité, el senador John Barrasso.

Por otra parte, las versiones sobre cuándo Trump presentará su candidato a vicepresidente aumentaron ayer. Sin que todavía se tenga un nombre liderando las apuestas, lo que sí parece seguro es la fecha en que hará el anuncio: este viernes.

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