El Mercosur no pudo llegar ayer a un acuerdo sobre la presidencia pro tempore de seis meses, que le correspondería a Venezuela desde hoy, cuando acaba la de Uruguay.

En la cumbre en Montevideo se dejó en suspenso el trámite. Paraguay es el principal jugador que está en contra de este pasaje, aduciendo una interrupción del orden democrático en Venezuela. El gobierno paraguayo pidió suspender a Venezuela del Mercosur.

Los representantes de Uruguay, Brasil y Argentina, que también participaron en la reunión, mantuvieron —y aún tienen— posturas diversas: Uruguay acepta el traspaso; Brasil (a través de José Serra, canciller, quien visitó la capital uruguaya la semana pasada y se reunió con su par uruguayo, Rodolfo Nin) pidió postergarlo; y Argentina se muestra ambigua, aunque una de las primeras actividades del presidente Mauricio Macri, electo en el mes de diciembre pasado, fue confrontarse abiertamente con el gobierno de Nicolás Maduro. Los países participantes en la reunión decidieron aplazar la decisión hasta agosto.

La canciller venezolana, Delcy Rodríguez, quien viajó a Uruguay para ser parte del encuentro, se retiró molesta porque, según dijo, los representantes de Paraguay y de Brasil no la dejaron participar; sin embargo, declaró estar confiada en que Venezuela se hará con la presidencia.

“En última instancia es una confirmación y un respeto a los Tratados de Asunción [con el que se fundó el Mercosur] y de Ouro Preto [complementario al de Asunción], que establecen que para el traspaso de la presidencia pro tempore debe transcurrir un semestre y debe hacerse por orden alfabético”, dijo.

“El Mercosur se encuentra en este momento con poco protagonismo”, declaró a EL UNIVERSAL Mariano Mansilla, consultor argentino de política internacional.

“Argentina se acerca a la Alianza del Pacífico y Brasil pierde peso por su propia crisis interna. Venezuela, que ingresó en 2012, cuando Paraguay estaba suspendido por el juicio político contra el entonces presidente Fernando Lugo por la Cámara de Diputados, se quedó aislada con el cambio de signo político en Sudamérica y ahora, con una economía deficitaria que la convirtió en un peso para todo el bloque, podría hacerse con la presidencia del Mercosur. Es una situación compleja”, argumentó.

“Todas las excusas son para desconocer los tratados internacionales”, dijo ayer la canciller venezolana. “Son los malos modales de la derecha, que pretende desconocer las normas que rigen el funcionamiento del Mercosur”.

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