La campaña para decidir la permanencia de Reino Unido en la Unión Europea (UE) se reanudó ayer tras una pausa de tres días por el asesinato de la legisladora Jo Cox, en una jornada en la que el primer ministro David Cameron advirtió a los británicos que afrontan una “decisión existencial” esta semana.

Las actividades de campaña antes del referendo del 23 de junio fueron retomadas luego de que tres sondeos de opinión indicaron que el apoyo a la permanencia en la Unión Europea ha recibido un nuevo impulso, aunque el panorama general muestra que el electorado se encuentra dividido en partes casi iguales.

Las campañas rivales regresaron a la escena mostrando moderación en una serie de entrevistas y artículos en los diarios del domingo, en los que abordaron los ya conocidos asuntos de inmigración y economía que han sido debatidos tan intensamente en los últimos meses.

Cameron, que lidera el bloque que aboga por la permanencia del país en la UE, instó a los votantes a considerar el impacto económico de abandonar el bloque de 28 naciones miembros.

“Pregúntense a ustedes mismos: ¿Realmente he escuchado algo —una sola cosa— que me convenza de que dejar la UE será lo mejor para la seguridad económica de mi familia?”, escribió el primer ministro británico en el diario Sunday Telegraph.

Por su parte, Michael Gove, un portavoz de la campaña rival, dijo que la separación de la UE de hecho mejoraría la posición económica de Reino Unido. “No puedo prever el futuro pero no creo que el hecho de abandonar la Unión Europea empeore nuestra posición económica, creo que será mejor”, declaró en una entrevista con el mismo periódico.

Ambos elogiaron a la legisladora laborista Cox, una ferviente partidiaria de la membresía de la UE que fue baleada y apuñalada en la calle el jueves en el norte de Inglaterra. Un hombre de 52 años, Thomas Mair, compareció el sábado ante una corte de Londres y fue acusado por su asesinato.

El único sondeo de opinión llevado a cabo desde la muerte de Cox mostró que el apoyo a la permanencia en la UE se ubicaba cerca de 45%, por delante de 42% que respalda la salida británica, un giro importante respecto a un estudio realizado días antes, de acuerdo con la encuestadora Survation. Ayer, en un programa de la cadena pública de televisión BBC, el “premier” respondió de manera apasionada a cuestiones planteadas por el público sobre temas como economía, inmigración o empleo.

Insistió en los posibles efectos de un Brexit para su país: “Estoy absolutamente convencido de que nuestra economía sufrirá si nos vamos... Habrá menos crecimiento, menos trabajo para los británicos”.

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