Un joven de 18 años está acusado de haber matado a su ex novia Ashley Doolittle, de la misma edad, quien fue reportada como desaparecida por su familia hace una semana. Ese día la chica salió de su casa, en Colorado, Estados Unidos, pero nunca regresó.

Fueron sus familiares quienes avisaron la Policía que hacía poco tiempo Ashley había terminado con su novio, Tanner Flores, con quien compartió una relación de un año. De acuerdo a la declaración, Flores "estaba enojado y alterado por la ruptura", según publicaron medios estadounidenses.

Al día siguiente de la desaparición, las autoridades dieron con Flores y con el cadáver de Doolittle, asesinada de dos disparos en la cabeza. El joven de inmediato admitió haber matado a su ex novia, limpiado el cuerpo y manejado por cinco horas para alejarse del lugar de los hechos.

Los testimonios de los amigos del asesino aseguraron que jamás lo vieron tan alterado, por lo que la noticia sorprendió a todos. Los padres del joven asesino declararon que tenían un arma en la casa, bajo llave, pero que su hijo no tenía idea de dónde estaba.

En su obituario, describen a Ashley como una persona "con una sonrisa que hacía a todos sentir especial".

"Realmente reflejaba el amor de Dios a todos los que mantuvieron contacto con ella y fue una inspiración y modelo para cada persona con la que se encontró. Vivió la vida al máximo e iluminó al mundo con su entusiasmo por la vida", agrega el texto.

La joven se graduó recientemente del colegio Berthoud y tenía previsto empezar una carrera en la Universidad Estatal de Colorado.

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