La Unión Europea no sólo guarda silencio ante la grave represión que existe en Egipto contra la sociedad civil, es cómplice de la ola de abusos desencadenada por el gobierno del presidente Abdelfatah al-Sisi, denuncia Amnistía Internacional (AI).

De acuerdo con una investigación realizada por la organización, pese a que en 2013 los socios comunitarios pactaron suspender las transferencias bélicas en respuesta a la muerte de cientos de manifestantes por la represión policial de agosto de ese año, los países europeos mantienen sus ventas armamentistas hacia el Cairo.

De los 28 miembros comunitarios, Bulgaria, Chipre, República Checa, Francia, Alemania, Hungría, Italia, Polonia, Rumania, Eslovaquia, España y Gran Bretaña continúan enviando armas y equipo militar y policiaco a Egipto.

Tan sólo en 2014 los socios europeos autorizaron 290 licencias de equipo militar por un valor equivalente a los 6 mil millones de euros.

Entre el armamento pactado hay armas automáticas, pistolas, municiones, vehículos blindados, y helicópteros militares.

Los envíos alemanes, italianos y británicos se han centrado en tecnología para la intervención de las comunicaciones; equipo que según Amnistía podría ser usado para reprimir a la disidencia pacífica. En tanto que Francia emitió licencias en 2014 por 100 millones de euros bajo la categoría de bombas, torpedos, misiles y otros artefactos explosivos.

Bulgaria, por su parte, emitió ese año 59 licencias por 51 millones de euros. El equipo exportado incluye 10 mil 500 rifles de asalto, 300 pistolas ligeras y 21 subametralladoras.

En cambio, las casas armamentistas de la República Checa han transferido por lo menos 80 mil 953 pistolas y revólveres entre 2013 y 2015. Magdalena Mughrabi, directora adjunta del Programa para el Norte de África de Amnistía Internacional, asegura que desde 2013 la situación de los derechos humanos se ha deteriorado en el Cairo.

“Sigue siendo habitual la represión interna por parte de las fuerzas de seguridad y no existe prácticamente ninguna rendición de cuentas. El uso excesivo de la fuerza, los masivos arrestos arbitrarios, tortura y las desapariciones forzadas se han convertido en parte del modus operandi de las fuerzas de seguridad”, asegura Mughrabi.

Con base en información del Ministerio del Interior de Egipto, la ONG sostiene que tan sólo en los 10 primeros meses de 2015 casi 12 mil personas fueron arrestadas bajo sospecha de terrorismo.

“Los Estados miembros que transfieren armas y equipos policiales a las fuerzas egipcias que cometen desapariciones forzadas, torturas y detenciones arbitrarias a escala masiva actúan de forma temeraria y podrían ser cómplices de estas violaciones graves”, sostiene Mughrabi.

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