El impeachment de la presidenta Dilma Rousseff se basa en acusaciones de que su gobierno utilizó ilegalmente préstamos no autorizados de bancos estatales: los bancos entregaban fondos para programas sociales, pero el gobierno demoraba la devolución. Los críticos dicen que la intención era embellecer las finanzas públicas. Rousseff insiste en que no se trata de un delito juzgable y que otros presidentes brasileños utilizaron recursos similares sin ser sancionados por ello. Un vistazo a las acusaciones y como se comparan con las de gobiernos anteriores.

El sitio web Aos Fatos halló casos de maniobras en el banco estatal Caixa Economica Federal. Dice que Rousseff recurrió a maniobras contables durante sus primeros cinco años en el gobierno 35 veces más que la suma de los dos mandatarios anteriores, Fernando Henrique Cardoso y Luiz Inácio Lula da Silva. Las denuncias abarcan fondos para todos los programas federales y los bancos estatales BNDES and Banco do Brasil.

La acusación en su contra cita solamente las presuntas maniobras contables de 2015, el primer año de su segundo período, porque la constitución dice que un presidente solo puede ser impugnado por delitos cometidos en el período en curso.

En 2011-2015, el gobierno de Rousseff realizó maniobras contables al demorar pagos a la Caixa por un total de casi 10.000 millones de dólares. Se devolvieron esos fondos, pero las leyes fiscales prohíben a los bancos estatales efectuar préstamos al gobierno. Rousseff niega que fueran préstamos.

Los fondos incluían prestaciones por desempleo, bonificaciones a empleados públicos y Bolsa Familia, el programa social del gobierno que provee ingresos mínimos a los brasileños más pobres. Las demoras cesaron después que un organismo fiscalizador dictaminó en octubre de 2015 que los mecanismos contables empleados por Rousseff eran irregulares.

Hay preguntas sobre la manera como el juicio a Rousseff afectaría a Temer, primero en la sucesión. Como presidente en funciones cuando Rousseff estaba fuera del país, autorizó maniobras contables. Su argumento es que no era responsable de las medidas económicas y que su firma no implica participación en la decisión de demorar los pagos.

El predecesor y mentor de Rousseff recurrió a maniobras similares en septiembre y noviembre de 2003 y en noviembre de 2006, poco después de su reelección, por un total de 144 millones de dólares. Los fondos eran para prestaciones por desemplei y de Bolsa Familia.

Ahora en la oposición, Cardoso emitió decretos similares cuando era presidente, demorando en cuatro ocasiones los pagos a Caixa por prestaciones por desempleo. La primera fue en septiembre de 1996 y las otras tres en 2002, por un total de 125 millones de dólares a los valores actuales. El programa Bolsa Familia no existía entonces.


erp

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