Cada vez que los hermanos Abdul y Achmed Statouf patean la pelota, se les desprende de su rostro una alegría que contrasta con el sufrimiento por el que han pasado a sus 12 y 14 años de edad, respectivamente.

“Aquí, aquí, pásala, pásala”, grita el zurdo Achmed, mientras recibe instrucciones del técnico holandés Jack Jacobse, durante un entrenamiento del equipo amateur de futbol SV Sluis.

El entusiasmo mostrado por los menores no es para menos; hace unos meses vivían en Siria bajo el infierno impuesto por el Estado Islámico. Hoy duermen con tranquilidad en una casa de interés social en el poblado de Sluis, al sur de Países Bajos, en donde radican junto con sus padres y su hermana tras haber recibido asilo.

“Lo único que importa es que estamos juntos”, dice a EL UNIVERSAL en un quebrado holandés, Achmed, al tiempo que le frota la nuca a su hermano menor.

Sin embargo, no todos los niños sirios en el exilio han corrido con la misma fortuna; algunos son separados de manera forzada de sus familias durante el caótico trayecto hacia Europa quedándose sin destino alguno, mientras que otros desaparecen dentro de las fortificadas fronteras europeas.

De acuerdo con el jefe de gabinete de Europol, Brian Donald, desde el estallido de la crisis migratoria  hasta inicios de febrero pasado, unos 10 mil niños migrantes desaparecieron del radar de los servicios europeos.

Alrededor de 5 mil desaparecieron en Italia, una de las principales puertas migratorias de la UE; mientras que 1000 en Suecia, uno de los destinos predilectos.

El lunes pasado, el gobierno alemán reportó 5 mil 835 casos de menores refugiados "desaparecidos" el pasado año en el país, originarios en su mayor parte de Afganistán, Siria, Eritrea, Marruecos y Argelia; en tanto que la organización Defence for Children, reporta la desaparición de 110 menores de los centros de asilo de Holanda desde 2014.

Europol sostiene que algunos probablemente pararon con familiares o conocidos, mientras que otros están en manos de la delincuencia, particularmente en el circuito de la industria sexual.

“Simplemente no sabemos en dónde, ni con quién están, ni que están haciendo”, declaró Donald recientemente al diario británico The Observer.

Lo que sí es una realidad es que se trata de un escándalo que está teniendo lugar bajo los propios reflectores de los servicios europeos, afirma Marc Dullaert, Ombudsman de los Niños de Holanda, país que ostenta la presidencia semestral de la Unión Europea.

“Muchos de estos niños caen en la prostitución, la industria sexual, tanto niños como niñas. Otros son obligados a trabajar, como esclavos domésticos. Todo esto está ocurriendo en nuestra Europa”, denuncia Dullaert.

De acuerdo con un informe de la Red Europea de Ombudsman para los Niños (ENOC por sus siglas en inglés), 337,000 menores migrantes solicitaron asilo en la UE en 2015, lo que representó el 29 por ciento de las solicitudes recibidas en ese año, y más del doble en comparación al año previo, 144 mil 550.

Los menores son originarios de Siria, Irak, Afganistán, Albania, Irán y Pakistán, entre otros, y la mayoría tuvo que padecer eventos traumáticos y dormir a la intemperie en condiciones precarias y sin acceso a servicios básicos, antes de llegar a Alemania, Hungría, Suecia, Italia y Austria, los principales países receptores.

La ENOC, la Organización Internacional para las Migraciones y la Agencia de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), coinciden en que, entre el éxodo migratorio, los niños representan el grupo más vulnerable, particularmente los recién nacidos, extraviados, con discapacidades y no acompañados.

Los bebés y discapacitados corren el riesgo de enfermedades e incluso morir, ya sea ahogados, por hipotermia o neumonía; tan sólo unos mil menores perdieron la vida en las aguas del Mediterráneo durante el 2015 según la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR); mientras que los extraviados y no acompañados son vulnerables a abusos, robos, extorción y la explotación sexual.

Si bien no hay cifras oficiales sobre el número de niños que viajan en solitario por Europa, los servicios migratorios de Italia y Suecia reportaron 10 mil 820 y 35 mil 369 casos respectivamente en 2015, en tanto que Macedonia 15 mil casos entre junio y noviembre.

Los organismos internacionales prevén que la situación empeore drásticamente durante el año en curso. Por un lado, prevén que niños y mujeres busquen llegar a Europa por motivos de reunificación, debido a que 2015 se caracterizó por la llegada masiva a Europa de varones, 73% por ciento del total.

Por el otro, los padres enviarán cada vez más niños solos a Europa luego del reforzamiento de los controles fronterizos. La Convención de la ONU sobre Derechos del Niño prohíbe la deportación de niños no acompañados, por lo que todo país europeo está obligado a garantizar la estadía su estadía.

UNICEF sostiene que 8 de cada 10 niños sirios, alrededor de 8,4 millones, se han visto afectados por el conflicto armado y requieren de asistencia humanitaria.

Los menores se encuentran mayoritariamente desplazados en Siria o viven como refugiados en países vecinos, Líbano, Jordania, Iraq, Turquía y Egipto.

La organización estima que 1 de cada 3 niños, unos 3,7 millones, han nacido desde que comenzó el conflicto.

Como resultado de cinco años de conflicto, 7 millones de niños viven en la pobreza y unos 2,8 millones han dejado de ir a la escuela.

Miles más son víctimas de trabajo forzado o reclutados como soldados. UNICEF registra el reclutamiento de niños soldados de hasta 7 años.

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