Al menos 50 personas murieron y 70 resultaron heridas en un atentado perpetrado ayer por un terrorista suicida del Estado Islámico (EI) contra un puesto de control policial en la ciudad de Hila, a 100 kilómetros al sur de Bagdad.

Según explicó una fuente de seguridad, el terrorista, al volante de un camión cargado de explosivos, logró pasar un puesto de registro situado antes del puesto de control sin ser detectado. Tras atravesarlo, el suicida detonó el camión.

El EI asumió la autoría: “La operación de martirio [suicida] con un camión bomba causó decenas de muertos y heridos”.

El Ministerio de Interior calificó el ataque de “inmoral” y confirmó la muerte de al menos siete miembros de las fuerzas de seguridad.

El vicepresidente de la Comisión Parlamentaria de Seguridad y de Defensa, Hamed al-Mutlak, dijo que el mensaje que quieren enviar los yihadistas es “de desafío”.

El presidente de la Alianza de los Unionistas por la Reforma, Osama al Nayifi, instó además a las fuerzas de seguridad a “activar su trabajo de recogida de información para abortar los ataques del EI”.

En tanto, ayer se informó que cohetes y morteros cayeron sobre una zona controlada por fuerzas oficialistas en Aleppo, en el norte de Siria, matando a 13 civiles y dejando heridos a 40.

La agencia estatal de noticias Sana dijo que el ataque ocurrió en la zona kurda de Sheikh Maqsoud.

El Observatorio Sirio para los Derechos Humanos dijo que más de 70 proyectiles cayeron en la zona. Declaró que entre los decesos hay cuatro niños.

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