La fiscalía de Venezuela confirmó el miércoles que 17 cadáveres hallados en una fosa clandestina en el sur del país son de mineros desaparecidos que fueron asesinados en su mayoría con disparos en la cabeza.

Los mineros habían desaparecido hace dos semanas camino a un yacimiento de oro informal en el municipio de Sifontes, en el estado de Bolívar y cerca de la frontera con Brasil. Las autoridades creen que fueron ejecutados por una banda armada que buscaba tomar el control de las minas de oro en esa región.

La fiscal general Luisa Ortega Díaz dijo que los cuerpos exhumados estaban enterrados en una zona boscosa a 30 kilómetros de la localidad de Tumeremo y que no presentaban mutilaciones como afirmaban los primeros reportes.

"Todos fueron ejecutados con heridas producidas por el paso de un proyectil disparado con arma de fuego, 16 en la región cefálica y solo uno en la región toráxica", dijo Díaz en una rueda de prensa desde Sifontes, desde donde descartó que haya más víctimas de la masacre desaparecidas.

Las autoridades detuvieron a una mujer y buscan a otras tres personas, que presumen ejecutaron los asesinatos. Una de ellas es el prófugo Hamilton Andrés Ulloa Suárez, supuesto líder de una banda armada de la zona y presunto responsable de los hechos.

La región donde ocurrió la masacre es rica en oro, entre otros minerales, y grupos irregulares armados controlan muchas localidades. Díaz dijo que no se descarta que en el hecho estuvieran involucrados funcionarios locales.


erp

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