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Seguir las huellas que un Pontífice traza durante sus giras religiosas no supondría una tarea titánica, pero encontrar los zapatos que Benedicto XVI obsequió a León, Guanajuato, antes de partir a su siguiente destino, Cuba en marzo de 2012 es una búsqueda del tesoro que se debe acompañar con un mapa que revele las coordenadas del lugar donde se les expondría.

Al ser elegida como la ciudad en la que Joseph Ratzinger pisaría suelo mexicano como Papa por primera vez, la “capital del calzado”, recibió distintos regalos traídos de Italia que permanecen en distintos puntos de la ciudad y el extranjero, a la vista o en la memoria de la gente.

Como parte del júbilo por el obsequio, el 22 de mayo de ese año el ayuntamiento informó sobre los avances en la construcción del Museo Nacional de Piel y Calzado (Munpic) en el Jardín de las Esculturas del Forum Cultural y de la “bendición”, en palabras del ex Arzobispo, José Guadalupe Martín Rábago, que el regalo del Papa traía para iniciar el acervo del recinto.

El par de zapatos serían emblemáticos para recordar la visita de Ratzinger, los buenos augurios se hicieron presentes en voz de autoridades mientras el calzado reposaba la jornada y atraía reflectores detrás de una vitrina acomodada a lado del podio donde Martín Rábago declaró: “son la semilla que se entrega como aportación: las sandalias del pescador... un signo de que desde lo alto el Munpic cuenta con bendiciones para el feliz término del proyecto”.

El entonces alcalde, Ricardo Sheffield, explicó que Munpic sería la memoria de los más de 400 años de fundación que lleva la ciudad y el “corazón”, sentimiento y pasión de la industria de la región.

Además de que su diseño armonizaría el desarrollo del Fórum Cultural como la visión moderna del desarrollo urbano y turístico de León, acompañado de la Ruta del Peatón, desde el Poliforum León, que conectaría el espacio cultural y de turismo de negocios con el Centro Histórico de la ciudad.

En ese evento, Sergio Rodríguez Herrera, entonces representante del gobernador interino de Guanajuato, Héctor López Santillana, confirmó que se acordó la entrega de seis millones de pesos para iniciar la obra. También se hizo alusión a los tres millones aportados desde 2014 y los 11.5 millones entregados por la Secretaría de Turismo estatal para la edificación planeada en el terreno rodeado por el estadio de fútbol, el museo de Arte e Historia de Guanajuato y el Hotel & Plaza Stadium.

Según registros de Munpic, de 2003 a enero de 2014, se han recibido 31 millones 969 mil 85 pesos 19 centavos, donados en efectivo y especie por los gobiernos estatal, municipal, la Cámara de la Industria del Calzado del Estado de Guanajuato (CICEG) y particulares, en buena parte gracias a Jesús Vázquez García, quien desde hace 15 años ideó la realización del museo del calzado y que después de una década de gestión como presidente de la asociación civil del MUNPIC dio paso a Federico Zermeño Padilla.

Éste último asegura que con todo lo recabado sólo se ha cubierto el pago de los cimientos grises que se pueden mirar a través del enrejado verde opacado por el gran hoyo negro que quedó en la parte trasera del cine.

Sin embargo, casi cuatro años más tarde, León sigue sin corazón que bombee su tradición artesanal ni su poderío industrial: ni exposición, ni museo, ni zapatos del Papa han sido vistos por los leoneses en aquel predio de mil 837 metros cuadrados.

A principios de 2016, los diarios locales fueron atraídos hacia el proyecto que permanecía intacto, después de que un desconocido incendiara el pastizal del predio y las llamas alcanzaran la sala del cine aledaño, donde los asistentes veían una de las películas más taquilleras de ciencia ficción.

Apenas en 2014, un diario local publicó que Zermeño Padilla informó que necesitarán 200 millones de pesos para su relanzamiento, que conseguirían a través de aportaciones del gobierno estatal , federal y empresarial.

Para ver de pie la horma cultural de León, Zermeño sigue en busca de patrocinio y la atención de los gobernantes. Mientras tanto, el par de zapatos casuales, rojos y del número 8.5 del papa emérito Benedicto XVI, han cambiado sus aposentos, de una vitrina a la vista de los reflectores a una de las caja que el CICEG preserva junto con otros 800 ejemplares.

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