París.— El presidente de Francia, François Hollande, decretó ayer un estado de emergencia “económica y social” en su país, debido a la coyuntura económica y la persistencia del desempleo que reclaman —dijo— impulsar la creación de puestos de trabajo y la competitividad de las empresas.

El mandatario, que ha supeditado su candidatura a la reelección en 2017 a la inversión de la curva del desempleo, centra su iniciativa en esa materia con un plan de más de 2 mil millones de euros, para el que busca el respaldo de la comunidad empresarial y de los actores políticos sociales.

En un discurso solemne ante el Consejo Económico, Social y Medioambiental hizo una referencia directa al estado de excepción decretado tras los atentados del 13 de noviembre en París, y destacó que “la única cuestión que importa más allá de la seguridad de los franceses es el trabajo”.

Con 3.57 millones de desocupados, 650 mil más que cuando tomó las riendas del Elíseo en 2012, su propuesta se enfoca en la formación y en las primas a los nuevos contratos.

La mitad del dinero, conseguido con medidas de ahorro y no a través de un aumento de impuestos, irá destinado a financiar un plan de formación adicional para 500 mil desempleados, el doble que en 2015, en sectores como el digital y la transición energética.

Hollande también prometió una bonificación anual de 2 mil euros durante dos años a las empresa de menos de 250 trabajadores que contraten a una persona desocupada, siempre que su sueldo sea igual o 1.3 veces superior al salario mínimo, que en Francia ronda los 1.450 euros al mes.

El presidente francés recupera también la fijación de topes en la indemnización por despido improcedente, lanzada el pasado junio, pero censurada por el Consejo Constitucional porque en ese momento la compensación no era igual para todos, sino mayor para los trabajadores de las empresas.

Para estos últimos va dirigida la propuesta de aumentar hasta 50 mil los beneficiarios, frente a los 8 mil actuales, de los contratos de profesionalización, en el que se alternan trabajo y formación. Declaró incluso estar dispuesto a modificar la ley, si es necesario, para ampliar la competencia de las regiones al respecto. Hollande no dio una fecha para concretar las medidas.

Los sindicatos y la oposición criticaron el plan. “Propone continuar con lo que no funciona”, lamentó el secretario general del sindicato CGT, Philippe Martínez, mientras que en el partido opositor Los Republicanos se ha visto como “un insulto para los desempleados”, según uno de sus diputados.

Raúl Castro viajará a París. El presidente de Cuba, Raúl Castro, será recibido por su homólogo francés, François Hollande, en París el 1 de febrero, durante la visita oficial que efectuará a Francia, indicó ayer el Elíseo.

La visita se da en momentos en que Cuba intenta forjar un papel más importante para la isla comunista desde que mejoraron las relaciones con EU y la primera visita de un jefe de Estado del país caribeño desde el viaje de su hermano en 1995.

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