El joven dictador Kim Jong-un, dueño de un arsenal nuclear de dimensiones incalculables, es un enigma como lo es la propia situación interna de la hermética nación de Corea del Norte.

Son múltiples los misterios que rodean al “mandamás de Pyongyang”, quien celebró este inicio de año exaltando la efervescencia nacionalista realizando su primera prueba con una bomba de hidrógeno, un ejercicio interpretado por los analistas como un recordatorio al mundo de que su régimen representa una amenaza atómica.

“El ensayo fue ante todo uno de consolidación doméstica. Mostró claramente la habilidad para construir las armas atómicas que tanto teme el planeta”, explica Remco Breuker, profesor de estudios norcoreanos de la Universidad de Leiden, a EL UNIVERSAL.

“El ejército norcoreano ha ido a menos en los últimos años, flaquea, está desmotivado y equipado con armamento obsoleto, así que necesitaba mostrarse como una nación poseedora de un elemento de disuasión creíble, como es una bomba de hidrógeno”.

El tercer mensaje lanzado por el autoritario líder, continúa el investigador, fue para sus clientes: “Corea del Norte es un conocido traficante de armas con contactos con grupos terroristas internacionales”. Kim Jong-un heredó la dinastía del padre fundador de Corea del Norte, Kim Il-sung, luego de la repentina muerte de su padre Kim Jong-il, quien falleció de un infarto al miocardio durante un viaje en tren, de acuerdo con la versión oficial.

Su nombramiento como jefe del Estado, el ejército y el partido en diciembre de 2011, cayó de sorpresa entre los analistas, debido a que no era el primero en línea al trono, sino el tercero de lo hijos de Jong-il.

Abundan las especulaciones sobre su elección. Reportes señalan que su medio hermano mayor, Kim Jong-nam, fue vetado luego de ser atrapado con un pasaporte falso en el aeropuerto internacional de Narita, cuando intentaba visitar el parque de Disneyland en Tokio; otros indican que fue escogido por la enorme semejanza física con sus predecesores, robusto y cachetón.

Tampoco se conoce con exactitud cuándo nació Kim Jong-un. Suele mencionarse el 8 de enero de 1983, pero los servicios de inteligencia surcoreanos sospechan que fue entre 1983 y principios de 1984; lo que sí se sabe es que es hijo de Ko Young-hee, una cantante de ópera, y su egocentrismo lo ha llevado a mostrarse como un genio del golf.

Su infancia es otro secreto de Estado. De acuerdo con investigaciones periodísticas, fue educado en Suiza, bajo el nombre de Pak-un y como supuesto hijo de diplomático. No era un estudiante brillante, pasó con suficiente matemáticas y alemán; y como todos los chicos de su edad, le gustaban los videojuegos, aunque tenía cierta preferencia por el básquet, de allí su cercanía con la antigua estrella de la NBA, Dennis Rodman, quien se refiere al norcoreano como “amigo”.

Sus maestros esperaban que Jong-un llevara los principios aprendidos en el país alpino a su vuelta a Pyongyang. Sin embargo, se perdieron cuando ingresó a la Universidad Militar Kim Il-sung.

Casado con Ri Sol-ju, una mujer elegante, de corte de pelo moderno y cantante de profesión; y padre de la pequeña Ju-ae, durante su mandato se ha mostrado dispuesto a desaparecer la amenaza de todo rival, incluso entre su círculo más íntimo. Esa fue la suerte que corrió su tío y mentor, Jang Song-thaek, ejecutado por traición en diciembre de 2013.

“Él y su propaganda lo retratan como el segundo advenimiento de Kim Il-sung, impregnado con la ideología militar de Kim Jong-il y algunos flecos de la cultura digital, claro, eliminando la conexión de internet”, dice a este diario Adam Cathcart, profesor de Historia china de la Universidad de Leeds.

“En otras palabras, está utilizando el repertorio de la familia Kim y hasta ahora ha mostrado pocas señales de forjar su propio distintivo”, continúa.

Por su parte, el profesor Breuker afirma que el papel que desempeña Kim Jong-un en el sistema es sobreestimado. “No creo que realimente dirija el país; si bien no es un títere, depende de políticos y burócratas experimentados para dirigir un país en el que el culto al liderazgo monolítico depende de una burocracia impecablemente organizada”.

Para el experto, una señal de que el país está siendo gobernado por diferentes fracciones, es la celebración de los congresos del Partido del Trabajo, reuniones que muy raramente convocó su padre en 17 años en el poder.

En lo que sí coinciden los estudiosos, es que a cuatro años de convertirse en el líder supremo, el país sigue sumido en la miseria y el régimen depende de los ingresos por concepto de remesas para subsistir.

“Lo más sobresaliente de su mandato son un puñado de medidas, la mayoría abortadas, para ampliar las zonas comerciales del país, y la formación de la banda de pop Moranbong”, destaca Cathcart.

Google News

TEMAS RELACIONADOS

Noticias según tus intereses