El viernes, durante una conferencia telefónica con simpatizantes demócratas sobre la violencia de las armas, el presidente de Estados Unidos, Barack Obama anunció que uno de los asientos de los invitados por la primera dama, Michelle, para presenciar este martes su último discurso sobre el Estado de la Unión estará vacío.

El asiento se dejará vacío "por las víctimas de la violencia de las armas que ya no tienen voz, porque necesitan que el resto de nosotros hablemos por ellas", de acuerdo con un funcionario de la Casa Blanca.

El objetivo es, además, "recordar a todos y cada uno de nuestros legisladores que es su responsabilidad hacer algo al respecto", añadió el funcionario.

Los esfuerzos de Obama para tratar de aumentar el control sobre la venta de armas de fuego con medidas como la ampliación de la revisión de antecedentes de los compradores han vuelto a enfrentarle con el Congreso.

Además, el primer gran proyecto de ley que ha salido del Congreso en el inicio del año ha sido uno que pretendía dejar sin efecto buena parte de la reforma sanitaria promulgada por Obama en 2010.

Como estaba previsto, Obama vetó el proyecto el viernes, pero el presidente de la Cámara de Representantes, el republicano Paul Ryan, anunció que programará una votación para superar ese veto, algo para lo que necesitaría el improbable apoyo de dos tercios de los legisladores en ambas Cámaras.

El favorito en la contienda republicana a la Casa Blanca, el magnate Donald Trump, dijo hoy que, diga lo que diga Obama en su discurso del martes, "el estado de nuestra unión es un desastre".

"No podemos derrotar al EI (Estado Islámico), nuestro Ejército se está desmoronando, no se está cuidando bien (...). No tenemos fronteras, no tenemos nada. Creo que si en dos años estoy ahí y doy un discurso, diré que estamos mejorando, rápido", afirmó Trump en una entrevista con la cadena de televisión NBC News.

Tras el discurso del martes, Obama continuará con la tradición de visitar algunos estados del país, en esta ocasión para hablar "directamente" con los ciudadanos "de las oportunidades que tenemos por delante", según la Casa Blanca.

El miércoles Obama viajará a Omaha (Nebraska) y al día siguiente visitará el área de Baton Rouge, en Luisiana.

Este año la encargada de dar la réplica republicana al discurso sobre el Estado de la Unión de Obama será la gobernadora de Carolina del Sur, Nikki Haley.

Entre los 23 invitados por la Casa Blanca a presenciar el discurso de Obama estarán un refugiado sirio que se trasladó el mes pasado a Michigan, un joven mexicano que llegó como indocumentado y ahora es ciudadano estadounidense; y activistas por los derechos de los homosexuales y la reforma criminal, entre otros.

El presidente de Estados Unidos usará el próximo martes el que será su último discurso sobre el Estado de la Unión ante el Congreso para mirar más allá de su mandato y destacar "las grandes cosas" en las que hay que seguir creyendo y trabajando cuando él ya no esté en la Casa Blanca.

"No creo que nunca haya estado más optimista sobre el año que tenemos por delante de lo que estoy ahora", afirmó Obama en un vídeo divulgado esta semana por la Casa Blanca en anticipación del discurso ante el Congreso.

En el vídeo, Obama destacó que lo que hace "grande" a Estados Unidos es la capacidad de sus ciudadanos de "cambiar para mejor".

"Es eso en lo que quiero centrarme en este discurso sobre el Estado de la Unión, no solo en el progreso extraordinario que hemos hecho, no solo en lo que quiero que se haga este año, sino en lo que necesitamos hacer todos juntos en los próximos años", explicó el presidente.

El gobernante hablará ante el Congreso y la nación de las "grandes cosas" pendientes que garantizarán un país "mejor, más fuerte y más próspero" para las futuras generaciones.

Las palabras de Obama coinciden con lo que han anticipado sus asesores acerca de que será un discurso "no tradicional", distinto de la presentación de prioridades legislativas que los presidentes suelen hacer durante el Estado de la Unión.

Obama sabe que, en el año que le queda de mandato, será muy difícil aprobar leyes de peso en el Congreso, de mayoría republicana en ambas Cámaras, y es probable que use su discurso para recalcar, aunque sea indirectamente, la importancia de que sea otro demócrata quien le sustituya en la Casa Blanca a partir de enero de 2017.

No obstante, el jefe de gabinete de la Casa Blanca, Denis McDonough, aseguró hoy que Obama no planea respaldar públicamente a ninguno de los aspirantes durante las primarias demócratas.

El portavoz de la Casa Blanca, Josh Earnest, ha adelantado que el presidente también abordará en su intervención el tema de la violencia causada por las armas de fuego en el país y volverá a defender las medidas ejecutivas que presentó esta semana para hacer frente a ese problema.

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