El presidente francés François Hollande juró “destruir al ejército de fanáticos”, en alusión al Estado Islámico (EI), en el homenaje de ayer a las víctimas de los ataques terroristas del 13 de noviembre, que sumieron a la nación en el miedo y el luto. En la ceremonia se leyeron los nombres de los 130 muertos, incluyendo el de dos mexicanas.

“Los fallecidos encarnaban nuestros valores y nuestro deber es, más que nunca, conservarlos. No cederemos al miedo ni al odio”, subrayó Hollande en el patio del Palacio de los Inválidos, donde se congregaron cerca de 2 mil personas. Dos voces anónimas recitaron los nombres y edades de los fallecidos, cuyos rostros habían desfilado antes por una gran pantalla.

Fue uno de los momentos más emotivos entre las familias y heridos, algunos con muletas y en sillas de ruedas, que se concentraban en la tribuna.

Entre esos nombres, resonaron los de las mexicanas Michelli Gil Jaimez, de 27 años de edad, y Nohemí González, de 23 años.

Al evento solemne asistió en representación de México el embajador Agustín García-López, quien se ubicó en la grada oficial en la que estuvieron el pleno del gobierno francés, diplomáticos, políticos y destacadas personalidades del país europeo.

Tras un minuto de silencio, roto por los acordes del violonchelo de Edgar Moreau interpretando a Bach, Hollande se refirió en su discurso solemne a la juventud golpeada por los ataques, ya que 60% de las víctimas tenía menos de 35 años.

Los agresores se dividieron en grupos y además de restaurantes, atacaron el estadio nacional —donde Hollande asistía a un partido de futbol— y la sala de conciertos Bataclan.

Las víctimas son parte de una generación que ha sufrido una “iniciación terrible a la dureza del mundo”, pero que “vivirá plenamente en nombre de los muertos”, dijo Hollande.

“A todos ustedes, les prometo solemnemente que Francia hará todo para destruir al ejército de fanáticos que cometió estos crímenes”, subrayó.

“El incidente infundió miedo en todos, pero nos fortalecerá”, dijo.

Los colores azul, blanco y rojo de la bandera nacional marcaron un acto que abrió y cerró el himno de la Marsellesa, en sintonía con los valores patriotas evocados por el presidente.

La enseña francesa ondeó también en algunas ventanas y, sobre todo, en edificios oficiales, como Hollande había pedido a los ciudadanos que no tuvieron acceso al recinto oficial y algunos de los cuales optaron por unirse al homenaje desde el exterior.

El gobierno francés busca ampliar la coalición que lucha contra el EI en Siria, y ayer dio un giro radical, cuando el ministro de Exteriores Laurent Fabius apuntó la posibilidad de que las fuerzas del presidente sirio Bashar al-Assad, cuya salida del poder ha reclamado desde hace meses, se sumen a la alianza antiterrorista.

En una entrevista con el canal RTL, Fabius explicó que en la lucha contra el EI se necesitan los bombardeos aéreos, pero también tropas sobre el terreno. Según el ministro, estas últimas deberían ser fuerzas del opositor Ejército Libre Sirio, fuerzas sunitas árabes “y, por qué no, también (las fuerzas) del régimen”, añadió. Las tropas de tierra no puede proporcionarlas Francia, dejó claro el titular de Exteriores.

Se trata de la primera vez que el jefe de la diplomacia francesa considera lícito que el ejército del presidente sirio, con quien Francia rompió relaciones diplomáticas, pueda participar como aliado en la lucha contra el EI.

La idea provocó un claro rechazo de parte de los opositores del régimen sirio. “Ese paso sólo servirá a los intereses del gran terrorista Bashar al-Assad”, dijo Ahmed Ramadan, uno de los principales dirigentes de la plataforma opositora Coalición Nacional Siria, con sede en Estambul.

Siria saludó la disposición de Francia a una posible cooperación, siempre y cuando ese trabajo en conjunto no persiga en realidad otros objetivos, según dijo en Moscú el ministro del Exterior Walid al-Muallem. “Si Fabius habla en serio sobre la cooperación con aquellas fuerzas que luchan contra el terrorismo en Siria, sólo podemos saludarla”, dijo. Rusia, por su parte, reiteró su apoyo al gobierno de Al-Assad.

Según fuentes cercanas a la investigación de lo ocurrido en París, Abdelhamid Abaaoud, el cerebro de los atentados, planeaba también atacar objetivos judíos y afectar el sistema escolar y de transportes en Francia.

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