El 20 de noviembre de 1975 en una comparecencia en televisión, que en aquella época era en blanco y negro, el entonces presidente del gobierno Carlos Arias Navarro anunciaba a todos los españoles que el dictador Francisco Franco había muerto. Lo decía con la voz quebrada y a punto de llorar, para entonar a continuación un ¡Qué viva España! Después de tres años de guerra civil y 40 años de dictadura, el llamado Generalísimo, el hombre que había dirigido España con mano dura, fallecía en una cama de un hospital madrileño. Hoy, cuando se cumplen 40 años de aquel día, el país vive en democracia, el sistema de gobierno es una monarquía parlamentaria y se han restablecido las libertades.

Sin embargo, pese a que siempre se ha considerado la transición española como un ejemplo a seguir, durante estas cuatro décadas se ha establecido en el país un silencio oficial sobre todo lo ocurrido en esos años en los que miles de personas fueron asesinadas (la mayoría del bando republicano) y enterradas en fosas comunes, otras muchas tuvieron que exiliarse y otras todavía continúan desaparecidas. Aquí no se creó ninguna Comisión de la Verdad, ni se reparó a las víctimas, ni se pidió perdón por lo ocurrido, ni se contó la verdad. Y en algunas ciudades españolas todavía existen calles y plazas que se llaman Francisco Franco, cada 20 de noviembre un grupo de franquistas se manifiestan en Madrid en apoyo al dictador, las cunetas de muchos pueblos y ciudades están llenas de fosas comunes que albergan los cuerpos de fusilados republicanos durante la Guerra Civil, y la Basílica del Valle de los Caídos, situada en la localidad de San Lorenzo de El Escorial, mandada construir por Franco, sigue siendo un mausoleo, lugar de peregrinaje de franquistas que quieren visitar las tumbas del dictador y del fundador de la Falange, Primo de Rivera.

“Se dice que la transición curó las heridas y no es verdad”, aseguró ayer el ex juez Baltasar Garzón en un encuentro con corresponsales extranjeros. “Es vergonzoso que haya personas de 80 años que sigan pidiendo al gobierno que les ayude a buscar a sus familiares asesinados durante la Guerra Civil”, dice. “El rey de España, Felipe VI, debería pedir perdón a las víctimas del franquismo en una sesión conjunta de las dos Cámaras como reparación moral”, añade.

Garzón presentó ayer junto a los abogados Manuel Ollé y Eduardo Ranz, un escrito ante el Registro del Consejo de Ministros del gobierno de Mariano Rajoy (Partido Popular, PP) en el que piden que el Valle de los Caídos, que lo construyeron presos republicanos, se convierta en un Centro de Memoria de las Víctimas, también solicitaron la exhumación de los cuerpos de Franco y de José Antonio Primo de Rivera, y un acto parlamentario de perdón a las víctimas del franquismo y a sus familiares.

“En España tenemos un problema de asumir lo que se ha hecho. Es muy español eso de esperar a que la tormenta pase y escape. Es muy grave el silencio oficial y formal de todos estos años. En la sociedad civil española hay un rechazo al franquismo que exige una respuesta, pero no hay una madurez democrática en el país que la haya dado”, añade.

El abogado Eduardo Ranz explicó que la creación de la Basílica del Valle de los Caídos y de la Fundación de la Santa Cruz del Valle de los Caídos se llevaron a cabo a raíz de dos decretos de ley aprobados por Franco en 1940 y 1957, que siguen vigentes en la actualidad pero que contradicen la Constitución de 1978 y la Ley de Memoria Histórica de 2007 aprobada durante el gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero. “El Valle de los Caídos representa la victoria de un bando de españoles sobre otro. En ningún país hay un monumento como ese, por eso queremos que se modifique”, aseguró. “No se trata de reabrir heridas, sino de dar dignidad a las víctimas”.

“El monumento es una ofrenda a todos los caídos, no responde a la realidad porque allí se encuentra la tumba del propio dictador y del fundador de la Falange y se erigió con el trabajo esclavo de miles de presos en una exaltación de la dictadura y del propio dictador”, añadió Garzón.

En su petición también solicitan la eliminación de símbolos franquistas en el Valle de los Caídos donde hay dos escudos preconstitucionales con el águila imperial, un escudo de Franco en la puerta de acceso a la sacristía y una inscripción en la que se lee “Caídos por Dios y por España: 1936-1939”; y un nuevo marco jurídico de la Fundación de la Santa Cruz del Valle de los Caídos y de sus bienes y la creación de un lugar de identificación, dignificación y homenaje a las 33 mil víctimas que se calcula se encuentran inhumados así como la publicación oficial del nombre de todos los fallecidos.

El gobierno tiene 45 días hábiles para contestar. Si no lo hace se entenderá como un silencio administrativo y los tres magistrados acudirán a otras instancias superiores como la Sala 3 del Tribunal Supremo, al Tribunal Constitucional y al Tribunal Europeo de Derechos Humanos.

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