Una crisis por el masivo flujo de irregulares cubanos que viajan con pasaporte y sin visas de Ecuador a Estados Unidos se agudizó ayer, con un fuerte intercambio de acusaciones entre Costa Rica y Nicaragua por la decisión nicaragüense de usar a su ejército para atacar a viajeros nacidos en Cuba con gases lacrimógenos e impedirles ingresar, y la advertencia costarricense de que el fenómeno migratorio se disparará.

El canciller de Costa Rica, Manuel González, alertó que se avecina una avalancha de cubanos desde Panamá, sur del país.

“La realidad es que no podemos precisar un número, no podemos tener certeza de en qué momento y en qué día, pero si las estimaciones continúan, pues sí habría un flujo de aproximadamente unas 300 personas por día”, pronosticó, basado en informes en su poder sobre los cubanos que se movilizan actualmente de Ecuador a Panamá.

Registros oficiales mostraron que 12 mil 166 cubanos ingresaron a Costa Rica de enero a septiembre de 2015 (44 por día), con otros 2 mil la semana pasada (285 diarios), frente a 5 mil 114 en 2014 (14 por día).

González fustigó a Nicaragua por usar a su ejército contra “población civil indefensa”. Nicaragua, que cerró el viernes pasado sus fronteras a la entrada de cubanos irregulares, atacó el domingo con gases lacrimógenos para devolver a Costa Rica a casi mil cubanos que, a la fuerza, trataron de entrar a suelo nicaragüense.

Managua alegó que, en un acto deliberado e “irresponsable”, Costa Rica lanzó a los puestos fronterizos del sur de Nicaragua “a miles” de cubanos que permanecían en este país.

San José rechazó las denuncias, mientras mil 790 cubanos a los que el gobierno costarricense aceptó el fin de semana con visa temporal, siguen varados en esta nación en ruta a EU, donde se acogen a una ley de 1966 que casi automáticamente les concede permiso laboral y cédula de residencia. Costa Rica cerró fronteras a los cubanos la semana pasada, pero debió ceder porque Panamá, como país de procedencia, rechazó recibirlos.

Desde 2008, Ecuador exime de visa a los cubanos, que viajan por avión a ese país para iniciar una travesía por tierra y mar de Colombia a Panamá y proseguir por Centroamérica y México hacia EU, pero en un fenómeno controlado por mafias de “coyotes” o traficantes de personas.

González aseguró que el flujo creció en 2015 por “rumores” de que EU derogará esa ley por el reacercamiento diplomático con La Habana desde finales de 2014, pero que las autoridades estadounidenses le informaron que “no será abolida”.

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