Jerusalén.— Esta ciudad volvió a ser ayer escenario de nuevos ataques cometidos por palestinos en medio de un despliegue de medidas de seguridad sin precedentes y de la colocación de controles y barreras en los barrios árabes. El líder palestino Mahmud Abbas pidió una inmediata intervención internacional en la región para evitar una nueva guerra.

Tras una reunión del gabinete de seguridad, Israel desplegó cientos de soldados en las principales ciudades del país y ordenó que la policía bloqueara los principales accesos a los barrios palestinos de Jerusalén oriental considerados más conflictivos.

El gabinete aprobó además una serie de medidas de castigo y disuasión. Las autoridades podrán incautarse por ejemplo de propiedades de terroristas y, en caso de que las viviendas hayan sido demolidas, se prohibirá su reconstrucción. Además, podrá revocarse el permiso de residencia en Jerusalén de los palestinos que cometan un atentado, con lo que de facto se estaría prohibiendo su entrada en Jerusalén y en Israel.

Entre las disposiciones de seguridad destaca el despliegue de 300 efectivos de seguridad que según el portavoz Micky Rosenfeld viajarán en los medios de transporte público y mil 400 reservistas de la Policía de Fronteras que fueron llamados por decreto de urgencia.

Sin embargo, las agresiones continuaron. Por la tarde, en las inmediaciones de la estación central de autobuses, una mujer de 70 años resultó herida de gravedad al ser apuñalada en el estómago por un palestino que fue abatido a tiros por un agente de la Policía de Fronteras, informó la policía.

Horas antes, fuerzas israelíes frustraron otro ataque que iba a cometer un palestino con una navaja en la Puerta de Damasco, uno de los principales accesos a la ciudadela amurallada de Jerusalén, en la parte este de la ciudad.

El agresor fue tiroteado y murió tras intentar apuñalar a un agente israelí.

Con estos dos últimos fallecidos son 34 los palestinos muertos en la ola de violencia que sacude la región desde el 1 de octubre, al menos 13 de ellos autores de ataques en los que han sido asesinados un total de siete israelíes, en su mayoría por arma blanca.

En un discurso difundido por la televisión oficial, Abbas aseguró que continuará la lucha contra las políticas israelíes en los territorios palestinos y acusó a Israel de intentar “encender las llamas de un conflicto religioso no sólo en la región, sino en todo el mundo”. Por ello, pidió una intervención internacional “antes de que sea demasiado tarde”.

En el mismo sentido, el representante palestino ante Naciones Unidas, Riyad Mansur, reclamó al Consejo de Seguridad que actúe ante lo que llamó “violaciones de la legislación internacional” cometidas por Israel.

En respuesta, la viceministra de Exteriores israelí, Tzipi Hotoveli, acusó a Abbas y sus asesores de seguir con sus “mentiras y discursos de odio”.

En Estados Unidos, se informó que el secretario de Estado, John Kerry, podría viajar pronto a la región ante la creciente oleada de violencia. Agencias

Google News

TEMAS RELACIONADOS

Noticias según tus intereses