Las autoridades de Tailandia confirmaron las identidades de los dos extranjeros detenidos por su presunta implicación en el atentado con bomba del pasado 17 de agosto en Bangkok, que causó 20 muertos y más de cien heridos.

En un mensaje televisado, el portavoz de la junta militar, Winthai Suvaree, dijo que los sospechosos son Adem Karadak y Yusufu Miraili, sin especificar sus nacionalidades.

Los nombres coinciden con los que aparecen en unos pasaportes turco y chino, respectivamente, que la prensa local publicó tras los arrestos pero cuya autenticidad no ha sido confirmada por la policía.

El primero de los sospechosos, Karadak, fue detenido el sábado en un piso del distrito de Nong Chok, al este de la capital, donde la policía encontró material para fabricar explosivos, y decenas de pasaportes turcos falsos.

El segundo, Miraili, que según el pasaporte difundido por la prensa es un uigur musulmán nacido en la provincia china de Xinjiang, fue detenido el martes en la frontera con Camboya cuando intentaba salir clandestinamente de Tailandia.

Inicialmente, la junta militar calificó como "probable" que éste fuera el hombre que fue grabado por cámaras de seguridad dejando una mochila en el templo donde ocurrió el atentado minutos antes de la explosión.

En cambio, Winthai dijo hoy que la persona que aparece en esas imágenes es una de las ocho contra las que aun hay órdenes de arresto, que fueron emitidas a raíz de declaraciones de testigos, el análisis de pruebas y los interrogatorios de los dos detenidos.

El portavoz no hizo referencia a un tercera persona que según la prensa local fue detenida el martes por su presunta relación con el caso.

Se trata de Kamarudeng Saho, de 38 años, un tailandés musulmán detenido en la provincia de Narathiwat, en el extremo sur del país de mayoría malaya y musulmana, donde desde 2004 es activa una insurgencia separatista.

Winthai llamó a evitar las especulaciones acerca de la autoría del atentado, que no ha sido reivindicado y que la policía vinculó a una represalia de redes de tráfico de personas por operaciones policiales en contra de estas mafias.

Expertos en seguridad también han apuntado como móvil del atentado a una represalia por la reciente repatriación por Tailandia de 109 de musulmanes uigures a China.

jlc

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