San José.— Costa Rica advirtió ayer que espera una avalancha migratoria de nicaragüenses que huyen del desempleo, los bajos salarios y la sequía en su país y reveló que en las últimas semanas se triplicó el número de viajeros, legales e ilegales, desde esa nación a suelo costarricense.

“La cifra migratoria va en constante crecimiento todos los días”, dijo el embajador costarricense en Managua, Javier Sancho, consultado ayer por EL UNIVERSAL. El fenómeno se atribuye a variados motivos internos, que impulsan a los nicaragüenses a viajar a Costa Rica a trabajar principalmente como braceros en las cosechas de café, caña de azúcar, melón, palma africana, banano y piña, y sin descartar a los que logran empleos en tareas como custodios privados, obreros de construcción y servidumbre doméstica, explicó.

En una práctica que le consolida como receptor de masivos flujos migratorios en América Latina y el Caribe, como el de los colombianos, 700 mil nicaragüenses viven legal o ilegalmente en este país, en una cifra que fluctúa porque muchos sólo entran a trabajar en las temporadas agrícolas y luego retornan a Nicaragua, recordó. Por su vecindad con Nicaragua, Costa Rica ha sido destino desde hace más de 50 años de miles de nicaragüenses que han huido de las dictaduras, guerras, la inestabilidad política y la crisis socioeconómica de esa nación.

Los consulados de Costa Rica —uno en Managua y otro en la noroccidental ciudad de Chinandega— emiten un promedio de 700 visas diarias a nicaragüenses, quienes sólo deben presentar pasaporte vigente y pagar 32 dólares, aunque se les limita su estadía a periodos de tres meses por tener rango de turistas.

Urgida de mano de obra, Costa Rica flexibilizó en 2008 la concesión del ingreso de nicaragüenses pero muchos todavía emigran por vías ilegales, sometidos a riesgos y a traficantes, por tener antecedentes delictivos o porque se quedaron más del tiempo permitido de estadía, entraron en la ilegalidad, regresaron a su país y ahora se les rechaza la petición de visa.

El número de viajeros de primera ocasión osciló en 2014 entre 25 y 30 diarios y ahora se triplicó y está en 90, confirmó Sancho. Precisó que ayer, sin contar las visas entregadas en el consulado de Chinandega, sólo el de Managua otorgó 531, de las que 48 son de primera vez, con 414 supuestos turistas y 18 menores de edad.

“Son familias enteras que están emigrando”, narró, tras subrayar que los migrantes de primera vez tienen de 18 a 25 años y son de algunas de las áreas cafetaleras y agropecuarias más golpeadas por la sequía, que en 2014 ha azotado a Nicaragua con fuerza por segundo año consecutivo.

Cáritas, la organización de la Iglesia católica que auxilia ante problemas sociales y humanitarios, reveló la semana pasada que la sequía ha devastado a 185 comunidades, 10 mil familias y más de 70 mil personas.

El Banco Central de Nicaragua informó que el desempleo abierto creció de 5.3% en el tercer trimestre de 2013 a 6.7% en el mismo periodo de 2014 y es cercano a 7%. La construcción, rubro estratégico como generador de empleo, se desaceleró en 2013, cayó 10.1% y prolongó su crisis a 2014, con una merma de 1.1%, según el banco.

El embajador confirmó que cuando los cónsules costarricenses preguntan a los migrantes nicaragüenses las razones del viaje a Costa Rica, la mayoría confiesa que es en busca de trabajo y “en lo que sea”.

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