Cobb/Washington.— El gobernador de California, Jerry Brown, declaró ayer el estado de emergencia en los condados de Napa y Lake, tras los varios incendios registrados en el norte del estado que han obligado a miles de personas a huir de las zona, además de herir a cuatro bomberos y quemar casas, carreteras y edificios.

Aunque los daños aún son incuantificables, el Departamento de Bosques y Bomberos de California dijo que el fuego ha consumido más de 4 mil hectáreas, y ha destruido cientos de casas, comercios, escuelas e infraestructura.

La declaración permitió liberar recursos para combatir el fuego, que arde a 160 kilómetros al norte de San Francisco.

El fuego en el condado de Lake estalló la tarde del sábado y rápidamente avanzó a través de arbustos y árboles resecos tras una sequía de varios años, informó el Departamento de Bosques y Bomberos de California. Fueron evacuados pueblos enteros, así como los residentes a los lados de un tramo de 50 kilómetros de la autopista.

Los bomberos heridos, miembros de una tripulación que iban en helicóptero, fueron trasladados a un hospital y son atendidos por quemaduras de segundo grado, dijo el portavoz del departamento, Daniel Berlant.

El gobernador de California, Jerry Brown, declaró estado de emergencia por otro incendio forestal de 262 kilómetros cuadrados que ardía al este, a unos 112 kilómetros al sureste de Sacramento, que había destruido al menos 86 viviendas y que cubrió de un blanco espectral las colinas de la Sierra Nevada, normalmente llenas de hierba y salpicadas de árboles.

Los bomberos habían contenido ese incendio que estalló el miércoles en 20% para la madrugada de ayer. El fuego destruyó 86 viviendas, 51 construcciones y amenazaba a muchas más.

“Perdí mi negocio. Todo se quemó: mi tienda, mi casa, 28 años de vida”, dijo Joe Thomas, quien vive cerca de la comunidad de Mountain Ranch. “Tengo que empezar de nuevo. Es deprimente”. Thomas, que dirigía una concesionaria para la venta y reparación de tractores, dijo que él y su esposa sólo alcanzaron a agarrar algunos documentos, la computadora de trabajo, fotos y sus cuatro perros. Tuvieron que abandonar una cabra, cinco patos, seis conejos y más de 30 pollos.

“Abrí los corrales y los dejé correr. No podía llevármelos”, dijo. “Lo único que queremos hacer es ir a casa. Esto es terrible”.

Más de 3 mil 850 bomberos fueron asignados a combatir las llamas y se esperaba que se sumaran más. La causa del fuego está bajo investigación.

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