Bogotá/ Caracas.— Colombia sufrió una derrota diplomática al no lograr que se convocara a una reunión de cancilleres de la Organización de Estados Americanos (OEA) para analizar la crisis que se vive en la frontera con Venezuela desde que el presidente Nicolás Maduro ordenó su cierre y deportó a miles de colombianos.

La propuesta de Colombia que se presentó en Washington, la sede del organismo multilateral, consiguió 17 votos a favor entre los 34 miembros del organismo, pero necesitaba de 18. Cinco países se opusieron y 11 se abstuvieron, lo que generó una crítica del gobierno colombiano al organismo.

“Creo que hay que replantear un poco para qué está la OEA, porque si no está para ni siquiera hacer un foro en donde se violan los derechos humanos, (...) donde países que pregonan los derechos humanos se abstienen, pues uno se pregunta esos foros multilaterales finalmente cómo es que logran tener decisiones que favorezcan a los países”, dijo la canciller María Ángela Holguín.

En tanto, la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) aplazó una reunión de cancilleres de ese organismo prevista para esta semana en Quito, a lo que Holguín respondió que Colombia analizará si vale la pena acudir a esa instancia.

Bogotá busca una salida multilateral al problema, mientras que Caracas insiste en que se haga de forma bilateral. De acuerdo con las Naciones Unidas en la frontera hay “una crisis humanitaria de importantes dimensiones” por las deportaciones de mil 100 colombianos y el regreso de otros 10 mil por temor de sufrir atropellos de las autoridades venezolanas.

El partido Cambio Radical, que integra la coalición de gobierno en Colombia, anunció ayer que le pedirá al presidente Juan Manuel Santos decretar la emergencia económica para atender la crisis fronteriza con Venezuela.

Por su lado, el gobierno de Venezuela repudió ayer la “inmoral e hipócrita” posición expresada por la Unión Europea (UE) sobre el cierre de la frontera venezolana con Colombia, que, alegó, es una medida soberana para combatir el paramilitarismo, el narcotráfico y el contrabando.

El gobierno de Venezuela informó ayer que en los últimos meses ha inhabilitado 177 “pasos irregulares” en la zona fronteriza del estado Táchira, donde más de 100 kilómetros que limitan con Colombia se mantienen cerrados desde la noche del 19 de agosto y opera un estado de excepción desde hace 10 días.

“En el estado Táchira, en los últimos meses, se han inhabilitado 177 pasos irregulares, trochas, se han inhabilitado con la utilización de maquinarias (...) para dejarlas sin efecto”, dijo el vicepresidente venezolano, Jorge Arreaza, en Caracas.

El funcionario destacó que la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB) y el “pueblo de la frontera” están dando “una batalla muy dura” en la zona.

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