Una fotografía de un refugiado sirio cargando a su hija mientras vende lapiceros para salir adelante cambió la vida de su protagonista luego de que se viralizara en Twitter.

La imagen, compartida más de un millón de veces en el sitio web imgur, llevó a que el activista de Islandia Gissur Simonarson lanzara el 25 de agosto una campaña en Twitter para identificar y ayudar al refugiado, fotografiado en Beirut, Líbano.

Según The Huffington Post, Simonarson es fundador de la página Conflict News, especializada en reportar zonas en conflicto alrededor del globo utilizando información de activistas e incluso combatientes, seleccionando la información relevante y comprobada para “dar a su audiencia la mejor imagen posible de lo que está pasando en la zona”.

Con la ayuda de reporteros en la zona, Simonarson logró dar con Abdul Haleem al-Kader, un refugiado de origen palestino que hasta hace unos años estaba viviendo en el campo de refugiados Yarmouk (Siria) con sus hijos de nueve y cuatro años.

El sitio, ubicado cerca de la capital siria de Damasco, ha sido calificado como un infierno en la tierra luego de que el Estado Islámico afianzara su posición en la localidad. Ahora falta agua corriente, electricidad y comida, mientras que sus habitantes sufren de bombardeos indiscriminados.

BuzzFeed News logró comunicarse con Al-Kader, quien les relató que solía trabajar en una fábrica de chocolates, pero que escapó de Siria con su esposa e hijos hace cuatro años para vivir en Egipto. Luego de que su esposa insistiera a regresar a Siria, él se quedó solo como el único sostén de sus hijos.

“Algunos de mis amigos me dijeron ‘¿por qué no ir a Líbano e intentarlo ahí?’”, relató.

Aunque en un inicio intentó encontrar trabajo en otra fábrica de chocolates, pronto Al-Kader se vio forzado a vender lapiceros como ambulante.

Además, de iniciar la búsqueda de Al-Kader, Simonarson estableció una plataforma de donación bajo el nombre de Buy Pens con la intención de ayudar al protagonista de las fotos con sus problemas monetarios. Aunque inicialmente buscaban recaudar cinco mil dólares, finalmente superaron los 70 mil (un millón 172 mil 843 pesos mexicanos) en donaciones en menos de 24 horas.

Al-Kader se mostró sorprendido que gente en el extranjero le importara su caso.

“No podía dejar de llorar. Repetía ‘gracias a Dios, gracias a Dios’", dijo al sitio de noticias mientras abrazaba a sus hijos.

“No necesito el dinero. Todo lo que quiero es educar a mis hijos. Mandarlos al colegio, ayudarlos a tener una educación”, añadió. Por el momento está buscando enviar a sus hijos a Europa, donde tendrán una mejor oportunidad de completar sus estudios. Su plan B sería abrir una tienda de chocolates en Líbano.

ahd

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