Moneta, Virginia.— Un día después de la matanza de dos periodistas televisivos que horrorizó a millones en el país, el personal de la emisora WDBJ7 se reunió para una emisión de su programa “Mornin” y guardó un minuto de silencio por sus compañeros.

La cadena realizó el homenaje a las 6:45 de la mañana del jueves, la misma hora en que, un día antes, la reportera Alison Parker y el camarógrafo Adam Ward fueron asesinados por Vester Lee Flanagan, un ex empleado de la televisión de Virginia.

El agresor, quien difundió en las redes sus crímenes, había demandado a WDBJ7 cuando ésta lo despidió, a principios de 2013, alegando discriminación racial. Documentos judiciales señalan que la emisora despidió a Flanagan por su bajo rendimiento y por mantener conflictos interminables con sus colegas.

Cuando lo despidieron, Flanagan se negó a dejar su puesto y la emisora llamó a la policía. El nuevo director Dan Dennison escribió que cuando lo obligaban a salir del recinto, Flanagan puso una cruz de madera en su mano y le dijo: “La necesitarás”.

Chris Hurst, novio de Parker, apareció ayer en la televisora donde ambos trabajaban y dijo a sus compañeros y espectadores que quería contar la historia de su pareja, aunque esté llorando su pérdida.

El último mensaje que recibió de ella, dijo, fue “buenas noches, muchacho dulce”. Hurst dijo: “Fue lo último que escuché de ella. Lo vi antes de ir a dormir. Horas después desperté con las llamadas que me decían que viniera a la estación”.

El padre de Alison, Andy Parker, aseguró que no descansará hasta que Estados Unidos encuentre una forma de arrebatar las armas de las manos de las personas con enfermedades mentales. “Tenemos que encontrar una forma de alejar a los locos de las armas... Esto tiene que parar”.

La familia de Flanagan emitió un comunicado para ofrecer sus condolencias a los seres queridos de las víctimas. “Las palabras no pueden expresar el dolor que sentimos por la víctimas. Nuestra familia pide a los medios que respeten nuestra privacidad”, dice el comunicado.

Vicki Gardner, responsable de la Cámara de Comercio local que era entrevistada al momento del incidente y en el que resultó herida, ya está mejor, según dijo ayer su marido. AP y EFE

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