Washington.— El meteórico ascenso en las encuestas del magnate estadounidense Donald Trump, que ha reducido a condición de damnificados a varios aspirantes del Partido Republicano a la nominación presidencial, ha comenzado a convertirse en un serio problema para la campaña de la demócrata Hillary Clinton.

Hasta hace un mes, nadie consideraba a Trump como un candidato viable o digno de considerar como competencia de Hillary en el camino a la Casa Blanca. Pero las cosas han cambiado tras el última encuesta realizada por la cadena CNN, en el que Trump se encuentra a sólo 6 puntos de distancia de Clinton, un salto de gigante de 10 puntos en relación al mes de julio.

Según esta encuesta, Clinton sigue teniendo la ventaja, con 51% de los apoyos, pero Trump comienza a pisarle los talones, con 45%. En el caso de Jeb Bush, a quien muchos siguen considerando como un candidato viable del Partido Republicano en el largo plazo, Hillary le lleva una ventaja de nueve puntos, en una relación de 52% contra 43%.

El mayor aumento de apoyos para Trump viene de los denominados republicanos independientes que le respaldan en 79%, es decir, un salto de 12 puntos desde julio pasado.

En contraste, Hillary aventaja a Trump entre la base electoral femenina, donde la aspirante demócrata retiene 60% del respaldo, frente al 37% del republicano. En el caso del electorado hispano, la más reciente encuesta de la cadena Univision, en julio, colocó a Hillary muy por delante de Trump, en una relación de 70% a favor de ella contra 16% de él.

La campaña de Clinton se abstuvo de emitir algún pronunciamiento oficial sobre el avance de Trump. No obstante, fuentes del equipo de la demócrata se remitieron al comentario que Clinton hizo durante su reciente visita a Iowa, cuando recomendó a seguidores y periodistas “no dejarse distraer por el circo” que se ha montado en el bando republicano, con personajes como Trump.

Analistas consideran que la clave del ascenso de Trump en las encuestas está en relación directa con el elevado grado de hartazgo de los ciudadanos con la clase política.

Pero, además, con los problemas de credibilidad de Hillary Clinton, quien sigue sin convencer a la opinión pública tras el escándalo de sus correos electrónicos, el denominado emailgate que actualmente investigan el FBI y varias agencias de inteligencia para determinar si, acaso, Clinton hizo uso de su servidor particular de internet para enviar correos altamente clasificados.

Sin embargo, los analistas se muestran cautos sobre las posibilidades de Trump a largo plazo. “La historia demuestra que, a mayor cercanía con las elecciones primarias y las generales, los electores se muestran más cautelosos y reflexivos sobre el candidato que gustarían tener en la papeleta por la presidencia”, dijo Larry Sabato, de la Universidad de Virginia, en alusión a otras figuras políticas que, en el pasado, disfrutaron de un ascenso meteórico en las encuestas, como Herman Caine, el hombre de negocios que soñó con la presidencia en 2012 y que gozó de su momento de gloria en las encuestas para después colapsar en la recta final de las primarias frente a Mitt Romney.

Para Alexei Bayer, experto en economía y política de The Globalist, el fenómeno Trump, a quien caracteriza como un “fanfarrón egomaníaco” y como un “antiguo niño bonito de Queens”, demuestra hasta qué punto la cultura política en EU y el debate político han tocado fondo.

En opinión de Bayer, para ser tomado en serio como estadista, Trump debería convocar una rueda de prensa la próxima semana, o antes de que sus apoyos en las encuestas apunten hacia el sur, para anunciar que su candidatura “fue una especie de broma”.

La ventaja de Hillary ante sus rivales demócratas también se ha reducido. Según la encuesta de CNN, aunque ella tiene el respaldo de 47%, su más cercano rival, el senador Bernie Sanders, subió 10 puntos desde julio, a 29%. El vicepresidente Joe Biden, quien todavía no ha dicho si entrará en la competencia, está tercero con 14%.

jram

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