Atenas.— El primer ministro griego, Alexis Tsipras, intentó ayer unificar a su partido Syriza antes de una votación en el Parlamento sobre el segundo paquete de medidas exigido por sus acreedores internacionales como una condición para iniciar las conversaciones sobre un nuevo acuerdo de rescate.

Tsipras enfrenta una rebelión en el partido gobernante por los aumentos de impuestos y recortes de gasto exigidos por los acreedores, pero se espera que el paquete sea aprobado hoy por el Parlamento con el apoyo de grupos de oposición proeuropeos.

Hablando ayer con autoridades de Syriza, Tsipras dijo que pretendía sellar el acuerdo de rescate, que podría ofrecerle a Grecia hasta 86 mil millones de euros en nuevos préstamos para fortalecer sus finanzas en ruinas y evitar una salida de la zona euro.

“Hasta hoy he visto reacciones, he leído declaraciones heroicas pero no he escuchado ninguna propuesta alternativa”, dijo Tsipras, advirtiendo que los partidarios de línea dura no podían ignorar el claro deseo de la mayoría de permanecer dentro del bloque de moneda única.

Más temprano, la portavoz del gobierno Olga Gerovasili dijo que se espera que las negociaciones sobre el rescate hayan concluido para el 20 de agosto y que el diálogo comenzaría de inmediato tras la votación de hoy en el Parlamento heleno. Funcionarios de las instituciones acreedoras —la Comisión Europea, el Banco Central Europeo y el Fondo Monetario Internacional— llegarían el viernes a Atenas para reunirse con el gobierno, dijo el viceministro de Finanzas, Dimitris Mardas.

El gobierno presentó ayer el segundo proyecto de ley del rescate, que se enfocará en la reforma de la Justicia y cuestiones bancarias. Incorpora a la legislación griega las normas de la Unión Europea sobre apoyo a los bancos quebrados.

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