Washington.— El gobierno del presidente Barack Obama envió ayer al Congreso el acuerdo nuclear alcanzado el pasado 14 de julio con Irán, mientras que el primer ministro de Israel llamó a los legisladores estadounidenses a rechazar el pacto que, dijo, sólo alimentaría a una “máquina del terror iraní”.

En una primera señal concreta de la determinación europea para reconstruir rápidamente sus vínculos económicos y políticos con Irán tras la disputa de 12 años, el ministro de Economía de Alemania, Sigmar Gabriel, llegó a Teherán junto a una delegación económica y se prevé que otras potencias europeas hagan lo propio.

Obama prometió que ejercerá su veto si el Congreso rechaza el acuerdo, que limita el programa nuclear de Teherán al tiempo que permite un alivio a las sanciones económicas contra la República Islámica.

La anulación del veto de Obama requeriría de una mayoría de dos tercios tanto en la Cámara de Representantes como en el Senado, de modo que el gobierno cuenta con ganar el favor de suficientes demócratas para contrarrestar a la fuerte oposición republicana.

“Creo que lo correcto es simplemente no aprobar el acuerdo”, declaró Netanyahu en el programa Face de Nation de CBS.
“Hay muchas cosas por hacer para detener la agresión de Irán y este acuerdo no es una de ellas”, agregó, mientras con tinuaba con una serie de entrevistas en medios estadounidenses para denunciar el pacto alcanzado el martes entre Irán y seis potencias mundiales.

Mientras tanto, la ONU prepara el levantamiento de las sanciones contra Irán: el Consejo de Seguridad votará hoy sobre una resolución al respecto cuya adopción se da por hecho. Sin embargo, la resolución se refiere sólo a las sanciones adoptadas por los 193 miembros de la ONU y no incluye a las impuestas por la Unión Europea, Estados Unidos y otros países.

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