El profesor Guzmán Carriquiry Lecour, vicepresidente de la Pontificia Comisión para América Latina y el laico más cercano al Papa, dijo en entrevista con EL UNIVERSAL que “es significativo que Francisco visite Ecuador, Bolivia y Paraguay, tres países históricamente pobres” que han “salido de su inmovilismo secular” y que durante la visita, el jerarca católico subrayará “la explotación salvaje que hacen las transnacionales de sus recursos naturales y de su población indígena”.

En Ecuador, ante la línea que divide los dos hemisferios, “hablará de los efectos devastadores del calentamiento del planeta”. Carriquiry no cree que el Papa incluirá  a “México en sus visitas del 2016 a Sudamérica” y por ello pide a los mexicanos paciencia, visto que Francisco “acaricia la idea de ir a México para arrodillarse ante la Virgen de Guadalupe y confiarle su pontificado y el destino de nuestros pueblos”.

¿Qué significado tienen para el Pontificado de Francisco las inminentes visitas a Paraguay, Bolivia y Ecuador?

—Para el Papa será su primera visita totalmente pastoral a Latinoamérica —en Brasil asistió fundamentalmente a un evento mundial, a la Jornada de la Juventud—. También será el primer viaje en el que hablará en español y es más que significativo que visite tres países con una larga tradición de pobreza que hoy experimentan un gran crecimiento económico y una modernización.

¿Qué tipo de mensaje llevará el Papa a estos países y a todo nuestro continente?

—El mensaje prioritario de Francisco es fortalecer la fe católica tan arraigada en la historia y la cultura de nuestros pueblos, pero también llevará la exhortación apostólica Evangelii Gaudium y la encíclica Laudato si, documentos en los que traza los caminos y el horizonte de la misión de la Iglesia y su contribución al desarrollo de la comunidad mundial, cuyo  contenido introducirá en la vida de los pueblos que visitará, que hoy han salido de un inmovilismo secular con una vasta participación de los campesinos indígenas, que estaban como petrificados, a los cuales se dirigirá de manera especial.

¿Qué impacto real podrá tener el discurso del Papa en esos países?

—Tendrá un gran impacto por las disputas de Ecuador y Bolivia con las grandes compañías transnacionales que han explotado salvajemente sus recursos naturales. 
Las minas de la colina boliviana de El Potosí fueron definidas por misioneros como “la boca del infierno que se come a los indígenas que ahí trabajan”, mientras que otros dijeron que con la plata sacada de esa gran colina se podía construir un puente entre Bolivia y España. Como el Papa subrayará esta doble explotación y recordará que los campesinos y los pequeños productores viven acorralados y marginados en el minifundio, el impacto de su mensaje será sin duda enorme.

Simbólico también será que el papa Francisco visite en Ecuador la línea que divide el planeta en dos hemisferios...

—Sí, sobre todo porque esta línea nos habla simbólicamente del problema del calentamiento del planeta, un problema que el Papa trata ampliamente en su encíclica dado el efecto devastador que ya comienza a traer consigo.

Las tensiones históricas entre estos tres países también son importantes.

—Estos países han vivido situaciones de guerra, como la del Pacífico, la del Chaco, la inicua guerra de la triple alianza contra Paraguay y por ello creo que el Papa hará un fuerte llamamiento en favor de la paz, la cooperación, la integración de estos y otros pueblos, sin olvidar conflictos mucho más recientes.

¿Cómo será acogido Francisco en estos tres países?

—La acogida será impresionante por la gran religiosidad de estos países donde visitará santuarios, catedrales y realizará gestos concretos sobre el amor preferencial a los pobres. En Bolivia tendrá un segundo encuentro con los líderes de movimientos populares de nuestra región, en el que abordará problemas concretos de estos países y de Latinoamérica, lo cual propiciará que su mensaje sea seguido con gran atención en toda nuestra región.

¿Estas visitas se inscriben en el marco de la gran cruzada diplomática que el Papa inició interviniendo en las negociaciones Cuba-Estados Unidos?

—Estas visitas son parte del gran movimiento misionero, evangelizador y solidario lanzado por Francisco. En este contexto se inscribe esta dimensión diplomática, que es la contribución que hace la Iglesia al bienestar de los pueblos de nuestra región, que el Papa concretó desbloqueando las negociaciones Cuba-Estados Unidos. En su próxima visita a la isla estimulará la misión de la Iglesia, pero también hará ver que sigue involucrado en las aperturas de esta esperanzada negociación.

Usted que está tan cerca del Papa, ¿cuándo podría ir a México? ¿El año próximo, cuando visitará Argentina, Uruguay y Chile?

—Me parece imposible que agregue México en la agenda de un viaje tan exigente, pero todos esperamos con ansia esta visita fundamental para el mismo pontificado visto que no será sólo para su país, sino para toda América Latina. El Papa, por lo que lo conozco, acaricia la idea de ir a México para arrodillarse ante nuestra Señora de Guadalupe y confiarle su pontificado y el destino de nuestros pueblos. También está deseoso de abrazar al pueblo mexicano en todos sus sufrimientos y esperanzas. Pero debemos tener paciencia, porque la paciencia no es una virtud constitutiva de la resignación, sino una virtud constitutiva de la esperanza.

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