A la sombra de sus maridos o ex maridos, varias ex primeras damas de América Latina han lanzado carreras electorales para tratar de ganar la silla presidencial. Pero sólo dos, una panameña y una argentina, han logrado concretar el objetivo en las urnas que ahora persigue la mexicana Margarita Zavala, esposa de Felipe Calderón Hinojosa, presidente de México de 2006 a 2012.

Mireya Moscoso, viuda de Arnulfo Arias, tres veces derrocado como mandatario de Panamá, es la única centroamericana que, heredera política de su esposo, ganó la presidencia de su país en elecciones directas. Su marido triunfó en tres comicios, pero nunca concluyó sus mandatos. Arnulfo Arias fue derrocado en tres ocasiones, de forma que sólo pudo gobernar de 1940 a 1941, de 1949 a 1951 y 11 días en octubre de 1968.

Moscoso se casó en 1964 con Arias, por lo que sólo ejerció como primera dama en el último mandato de su esposo.

En 1988, al enviudar, se apoderó del testamento político de su marido y en 1999 ganó la presidencia para gobernar hasta 2004.

Más al sur de la región, en Argentina, Cristina Fernández sucedió en la presidencia a su hoy fallecido esposo, Néstor Kirchner, quien gobernó de 2003 a 2007.

Siempre fueron vistos como una pareja en el poder, así que a nadie extrañó cuando Cristina se lanzó a la carrera por la presidencia, logrando la victoria en 2007 y más aún, la reelección en 2011.

Néstor Kirchner falleció en 2010, pero siempre ha sido el referente de la actual mandataria argentina, que siempre se refiere a su esposo como "él".

También en Argentina, María Estela Martínez, comocida como Isabelita Perón, en su condición de vicepresidenta, heredó el poder de su esposo, el general argentino Juan Domingo Perón, quien murió en el ejercicio de la presidencia en 1974. Aunque no fue electa en las urnas, Isabelita pasó de ser primera dama a presidenta, detentando el poder de 1974 a 1976. Fue derrocada por los militares, que iniciaron una sangrienta dictadura que rigió a ese país hasta 1983.

Sin éxito. Otro caso es el de la guatemalteca Sandra Torres, ex esposa de Álvaro Colom, presidente de Guatemala de 2008 a 2012, y quienes en 2011 simularon un divorcio -para que ella pudiera aspirar a la presidencia-, que ahora es realidad. La meta de la ruptura era que ella brincara la prohibición que impide que familiares del mandatario de turno se postulen a la presidencia y se lanzara como candidata en los comicios de ese mismo año, pero la Corte de Constitucionalidad le cerró la puerta.

Sin la traba legal, Torres es ahora candidata presidencial para las elecciones de septiembre próximo por la opositora Unidad Nacional de la Esperanza (UNE), que en 2008 llevó a Colom a la presidencia, y sueña asumir en enero de 2016 como la primera Jefa de Estado de Guatemala.

La costarricense Margarita Penón, quien fuera primera dama de Costa rica durante el primer periodo de gobierno de Óscar Arias (1986-1990), perdió en consultas primarias como precandidata y fracasó en su meta de llegar a los comicios presidenciales de 1994. Para entonces ya se había divorciado de Arias.

En Honduras, Xiomara Castro, esposa del ex presidente Manuel Zelaya, derrocado en 2009, perdió como candidata presidencial en las elecciones de 2013 con un partido comandado precisamente por su esposo, que la apoyó y estuvo presente durante toda su campaña.

Murillo y Heredia. Mención aparte merecen Rosario Murillo y Nadine Heredia, primeras damas de Nicaragua y Perú, respectivamente. Sin necesidad de someter su nombre a una lucha electoral ni estar detrás del trono, Murillo, esposa del presidente Daniel Ortega, es considerada como quien detenta el verdadero poder, público y evidente, en esa nación centroamericana.

Heredia goza de una fama similar en Perú, donde los medios comentan que es ella quien realmente manda en el país. Incluso, el padre del presidente Ollanta Humana, don Isaac, ha declarado que es ella la que tiene el poder y le ha pedido un poco de respeto para el mandatario.

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