Arrastrado por las circunstancias y en medio de una avalancha de críticas, Estados Unidos anunció ayer el envío adicional de  450 militares para asesorar y reforzar a las tropas del ejército iraquí para retomar el control de Ramadi, la capital de la provincia de Al-Anbar. 
 El envío del nuevo contingente eleva a 3 mil 100 el número de efectivos estadounidenses en Irak para reforzar el entrenamiento y la movilización de aproximadamente 12 mil tropas iraquíes, entre ellas las unidades de combatientes peshmergas que se concentran en la zona norte.
 “Se trata de tropas que no serán de combate”, dijo ayer un alto funcionario de la Casa Blanca, en el primer gran golpe de timón que la presidencia de Barack Obama se ha visto forzada a realizar tras la captura, el pasado 15 de mayo, de la ciudad de Ramadi a manos de las fuerzas del Estado Islámico (EI).
 “La misión de estas fuerzas será la de crear un comando desde la base militar de Taqaddum, en Al-Anbar, para coordinar desde ahí la ofensiva a la que se sumarán las fuerzas que aportan las organizaciones tribales de la comunidad sunita”, se indicó, en un primer bosquejo de lo que será la gran contraofensiva del ejército iraquí contra el EI.
 Sterling Jensen, quien asesoró al Pentágono en Irak, dijo que “el envío de este nuevo contingente es el explícito reconocimiento del fracaso del gobierno de Irak en el entrenamiento de sus propias fuerzas” para contener al EI.  Para otros, el riesgo de una fragmentación se convertirá en compañero de viaje de esta nueva contraofensiva.   
“No hay que olvidar que Irak es un Estado muy frágil” y la amenaza de la ruptura sectaria siempre estará presente, consideró Ismael Alsodani, general iraquí retirado que se desempeñó como agregado militar en  esta capital.
La administración Obama agilizará el envío de más equipo militar y buscará, con la ayuda del gobierno iraquí y aliados en la zona, cerrar el flujo de combatientes extranjeros que llegan desde Europa y EU hacia las zonas de combate en Irak y Siria.
El número de este contingente de asesores “estará bajo permanente evaluación” para decidir si es necesario el envío de más efectivos.
 “Este contingente será insuficiente. Y muy pronto comprobaremos que esta estrategia sigue sin funcionar”, dijo  el senador republicano por Carolina del Sur y candidato a la presidencia, Lindsay Graham, quien propuso el envío de hasta 10 mil efectivos para reforzar la defensa de Irak contra el EI.
 “Si el presidente no envía más tropas, las cosas seguirán sin funcionar y las fuerzas del EI seguirán siendo una amenaza no sólo para Irak y Siria, sino también para EU”, añadió Graham quien prometió respaldar  una eventual solicitud para el despliegue de un contingente superior a los 10 mil militares.

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