Durante el sexenio del Presidente Peña Nieto se registró una reforma administrativa de fondo en el IMSS con resultados contundentes.

Al principio de la administración el diagnóstico en lo financiero planteaba una quiebra técnica que implicaba que los gastos eran superiores a los ingresos disparando el uso de reservas hasta alcanzar 22 mil millones de pesos (mmdp) en 2012, esto comprometía la viabilidad financiera del IMSS al 2014.

Para dimensionar la importancia que el IMSS representa para las finanzas públicas hay que señalar entre otras cosas que el Instituto tiene un presupuesto anual de 3.7 puntos del PIB, que al día ejerce 1,200 mdp para atender a 80 millones de mexicanos y que paga puntualmente la pensión de 4.1 millones de jubilados.

¿Qué implicaba que el IMSS quebrara? Entre otras cosas que el Gobierno Federal asumiera el pago de pensiones, lo que hubiese tenido que cubrirse con deuda pública afectando la estabilidad fiscal, y lo peor, tener que generar recortes en el gasto afectando la operación de aproximadamente 272 hospitales, 1500 clínicas, 36 unidades de alta especialidad, 3 centros médicos nacionales y 1400 guarderías que atienden al día a 200 mil niñas y niños mexicanos. ¡México no aguanta un día sin IMSS!

Para los empresarios y los obreros un IMSS quebrado significaba tarde o temprano incrementar la cuota obrero patronal afectando la competitividad del salario y las empresas y la creación de nuevos puestos de trabajo.

Fue entonces que a partir del 2013, el Presidente de la República instruyó al entonces Director General José Antonio González Anaya a concentrar esfuerzos en reducir el déficit del Instituto logrando un espectacular cambio de trayectoria, con lo que de 2013 a 2015 este déficit se redujo en 60% y de 2016 a 2018 se logró un superávit acumulado de más de 21 mmdp.

¿Cuál fue la receta? Primero eficientar el gasto concentrando la compra de medicinas, licitando mejor los servicios integrales como banco de sangre, análisis de laboratorio y arrendamiento de vehículos, con lo que sólo 2016 se generaron ahorros de 6.9 mmdp. Esto dio como resultado un menor gasto corriente en 7.7 mmdp con respecto al autorizado en el presupuesto, una disminución real de 1.9% con respecto a 2015. Solamente con la compra consolidada el sector salud ha ahorrado 18 mil millones de pesos en los últimos 6 años.

También se incrementó el ahorro en construcción de unidades médicas y hospitales reduciendo los costos y acelerando la creación de infraestructura. El paquete de infraestructura de los últimos 6 años, con 12 hospitales y 40 clínicas, incrementó 8% las camas de todo el sistema y en  4.4% la capacidad de consultas de primer nivel. Un ejemplo reciente es que con la inauguración del nuevo hospital de Querétaro las camas de todo el estado aumentaron en 70%, así como 62% los egresos hospitalarios y 68% las cirugías.

La segunda parte de la receta fue fortalecer los ingresos. La creación récord de 4 millones de empleos en los 6 años del Presidente Peña incrementó 22.3% la recaudación de IMSS términos reales.

Además se mejoró la inteligencia para combatir la evasión a través de compartir las bases de datos con el SAT, y haciendo auditorías conjuntas para que coincidieran las deducciones por salarios con las cuotas obrero patronales, con lo que en 6 años se obtuvieron 1,285 mdp adicionales y se redujo drásticamente el número de empleos registrados con un salario mínimo.

También a partir de sanear sus finanzas el IMSS pudo generar mejoras en el servicio entre otras cosas a través de las cirugías de fin de semana, la reducción de tiempos de espera de consulta de primero y segundo nivel, la ampliación de lugares en guarderías e incluso la apertura gratuita de sus servicios médicos a más de 7 millones de estudiantes de preparatoria y universidad pública.

También hoy el IMSS garantiza un abasto del 99.5% en las recetas de medicamentos y es el único servicio de salud público en ofrecer la cura de la hepatitis C, medicamento que es inalcanzable para la mayoría de la población mundial.

Por el lado de los trámites burocráticos el IMSS pudo lograr lo que parecía imposible, migrar la mayoría de sus trámites a lo digital, por ejemplo, se eliminó el famoso trámite de supervivencia donde los jubilados tenían que comprobar presencialmente dos veces al año que estaban vivos para poder cobrar su pensión, y se eliminó de tajo la obligación de las mamás trabajadoras de ir a consulta para comprobar que estaban embarazadas y así poder cobrar su incapacidad.

Otro elemento revolucionario en el Instituto es la aplicación “IMSS Digital”, a partir de la cual desde un teléfono inteligente o por internet se puede obtener una cita con el médico familiar en 2 minutos para el siguiente día, así como apuntalar la prevención de las 4 enfermedades más mortíferas a través del diagnóstico temprano de diabetes, hipertensión, cáncer de mama y próstata.

Con esto la aplicación IMSS digital no solo es la más descargada del Gobierno Federal y del sector salud, sino que superando las 6 millones de descargas, es la aplicación número 15 en todo México compitiendo incluso con Facebook o Twitter.

Al día de hoy y a partir del 2013, en el IMSS se han hecho más de 296 millones de trámites digitales lo que le ha ahorrado a la gente en costo de oportunidad alrededor de 11,784 mdp y ha permitido eliminar coyotaje al poder completar de manera digital un trámite desde el inicio hasta el final.

Sin duda estos elementos constituyen una reforma de fondo que se logró de la mano de los 440 mil trabajadores del IMSS que son sin duda motivo de gran orgullo, y que lograron incrementar la satisfacción de los usuarios conforme a la encuesta anual que levanta una instancia independiente, de 77% en 2012 a 87% en 2018.

Otra piedra de toque del IMSS es su carácter tripartito que asegura un equilibro en la toma de decisiones en aras de proteger tanto a los obreros como a las empresas. Un ejemplo de ello es la responsabilidad con la que su Consejo Directivo aprobó en 2017 una regla de equilibrio financiero que garantiza que los gastos no superen a los ingresos preservando el patrimonio.

Es innegable que todavía existen grandes retos en la mejora y ampliación de los servicios sobre todo ante la notable expansión del empleo, sin embargo el reto central para el sistema de salud es pasar de lo curativo a lo preventivo, identificar los riesgos antes de que se materialicen para salvar vidas y reducir presiones de gasto, y en esta asignatura el IMSS es ya un protagonista central.

Al cierre de la administración se puede decir con orgullo que el déficit que amenazaba con quebrar al IMSS se superó a la par de mejorar el servicio, que después de 35 años en 2016 pudimos anunciar el primer año de superávit, y que la viabilidad financiera del IMSS está garantizada hasta 2030 como lo anunció su actual director general Tuffic Miguel Ortega en la última asamblea. Con estos resultados en el IMSS además se han podido reconstituir las reservas financieras en más de 70 mmdp. Hay sin duda un antes y un después en el IMSS con el Presidente Enrique Peña Nieto.

Ex director general del IMSS

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