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“¡Empínenla y revínsenla!, fue la orden directa de la jefa de turno. Dos custodias ya la habían despojado de su ropa contra su voluntad. Para lograrlo la sometieron y la golpearon.

Cuando estuvo totalmente desnuda, una de las guardias hurgó en su intimidad. “Fue [una de las custodias] quien con sus dos manos me abrió el surco intergluteal, para revisarme y ver si encontraba el teléfono celular que me achacaban.

“[La otra guardia] me aventó hacia mi cama, entre las dos me abrieron las piernas y [una de ellas] me introdujo sus dedos en la vía vaginal, en busca del teléfono que se decía que yo tenía”, narró María —nombre ficticio para proteger su identidad—, una interna del penal Neza-Bordo, llamado así de manera coloquial.

Un cargador y un cable de manos libres encontrados en una de las áreas del centro preventivo hicieron suponer a la jefa de turno y a dos guardias que alguna de las reclusas escondía el teléfono móvil, objeto prohibido para ese lugar.

Sus sospechas apuntaron a María. El aparato tenía que aparecer y su misión era encontrarlo. Cuando fueron a la celda otras dos compañeras estaban con María.

Las guardias ordenaron a una de las internas que diera la espalda, se desnudara e hiciera sentadillas. Al estar sin ropa una de las custodias le agarró los senos.

A la otra interna le pidieron que saliera. “Me llevó al comedor [una guardia], me revisó y me hizo hacer sentadillas; dijo que me quitara pantalones y blusa e hiciera sentadillas dándole la espalda”, contó.

El teléfono no estaba en la celda ni lo tenía María, pero fue abusada sexualmente en el interior del reclusorio.

“Me hicieron una revisión muy fea, me dijeron que me desvistiera toda, que me volteara, empinara y abriera las nalgas. Me manoseó y tocó entre las piernas. Yo no quería que me metiera la mano para hacerme el tacto. Para mí fue mucha humillación lo que me hicieron”, dijo María.

Los hechos ocurrieron el 27 de mayo de 2016, según consta en el expediente CODHEM/SP/303/2016, en el penal Nezahualcóyotl Bordo de Xochiaca, que según el Diagnóstico Nacional de Supervisión Penitenciaria 2016, elaborado por la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), tuvo 6.47 puntos de calificación en escala del 1 al 10.

Por este caso la Comisión de Derechos Humanos del Estado de México emitió la recomendación 21/2017 en contra del reclusorio y de las custodias, porque violaron las garantías individuales de María y de sus dos compañeras de celda.

Sobrepoblación, uno de los males

En ese sitio, que es uno de los 11 que integran el Sistema Penitenciario del Estado de México, están recluidos lo mismo homicidas, secuestradores, extorsionadores, narcos, ladrones de automóviles, de casa habitación, de usuarios de transporte público, que defraudadores o violadores. Todos en las mismas instalaciones.

No obstante que el semáforo de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) lo tiene marcado con amarillo por registrar una calificación aprobatoria al Neza-Bordo, como es conocido popularmente, el organismo defensor de las garantías individuales detectó deficiencias en su operación.

Una de las más notarias es el número de personas que ahí se encuentran. Su capacidad es para mil 716 presos, pero alberga a 4 mil 191, lo que significa una sobre población de 244%.

La saturación sólo es en el área de varones, también en el de mujeres. La capacidad para ellas es de 214, pero hasta el reporte de la CNDH en 2016, había 232.

Además de sobrepoblación, hay hacinamiento, insuficiencia en los programas para la prevención y atención de incidentes violentos, así como en los procedimientos para la remisión de quejas de probables violaciones a derechos humanos.

También se determinó que son insuficientes las instalaciones para el funcionamiento del centro carcelario.

Tampoco cuenta con el personal de seguridad y custodia necesario, además de que tienen carencias en el proceso para la imposición de sanciones disciplinarias.

En ese reclusorio, donde son trasladados los acusados de cometer delitos en algunos de los municipios más poblados y violentos de la zona oriente del Estado de México, se registra el ejercicio de funciones de autoridad por parte de reos, autogobierno/cogobierno, según el dictamen.

Insuficiencia en los programas para la prevención de adicciones y de desintoxicación voluntaria, es otra de las inconsistencias que prevalecen en el inmueble ubicado en la prolongación de la avenida Adolfo López Mateos, casi esquina con la avenida Bordo de Xochiaca.

EL UNIVERSAL solicitó en varias ocasiones una entrevista con autoridades del gobierno mexiquense para hablar sobre las condiciones en las que se encuentra esta cárcel, pero no hubo respuesta.

Violencia carcelaria

El 15 de junio pasado, José Octavio “N”, el chofer de la ruta 40 acusado de violar y asesinar en la unidad que tripulaba en Nezahualcóyotl a Valeria, una niña de 11 años, fue encontrado sin vida en el interior de penal Neza-Bordo.

Según la Fiscalía General de Justicia del Estado de México se suicidó al colgarse del cuello. Se encontraba en el área de investigados en el Centro de Observación y Clasificación (COC), con tres internos más.

“Alrededor de su cuello fue hallada una cuerda, que se ha podido establecer era parte del material utilizado por los internos para habilitar tendederos; ésta estaba atada a los barrotes de la ventana del área de investigación.

“Se ha podido determinar que la cuerda coincide plenamente en su grosor y demás características con el surco de 31 centímetros alrededor del cuello del occiso”, señaló entonces la dependencia estatal.

La muerte del chofer ahondó más el dolor de la familia de la pequeña. Sergio Alberto, padre de la menor, criticó a las autoridades carcelarias por permitir que haya ocurrido el deceso, porque se supone que en ese sitio existe vigilancia.

“Cómo es posible que con vigilancia se les va así de fácil, una salida tan fácil no es posible”, acusó.

Por esa muerte el gobernador Eruviel Ávila Villegas ordenó la renuncia del director y del jefe de seguridad del reclusorio. Aún no se ha informado si se iniciaron procedimientos penales en su contra.

La muerte de José Octavio no es la primera que se presenta en ese centro penitenciario. De acuerdo con medios locales del Estado de México en los últimos dos años se han registrado cinco decesos.

El 25 de abril, durante una riña entre internos de dos dormitorios, hubo un muerto y siete lesionados. La víctima, quien cumplía una sentencia por robo con violencia, perdió la vida por las heridas que le propinaron con un arma punzocortante.

El 14 de marzo de 2015 un interno que estaba esposado cayó por las escaleras; fue trasladado de emergencia a un hospital donde murió el 7 de abril.

En octubre del 2015, en dos hechos distintos, se reportaron dos asesinatos de presos en ese centro de reclusión. Ambos fueron atacados con arma punzocortante. Una quinta muerte se reportó en ese lapso, pero no se precisaron las causas.

Quejas

En lo que va de 2017, la Comisión de Derechos Humanos del Estado de México (Codhem) ha iniciado 34 quejas por presuntas violaciones a las garantías individuales cometidas en este penal.

En 2016, fueron 114 las que se iniciaron en ese centro de readaptación social; 47 de las quejas fueron interpuestas porque se cometieron irregularidades sobre el derecho a la protección de la integridad física y moral de los internos. En este 2017 suman ocho en el mismo rubro.

En 2016 fueron 26 las que recibió la Codhem por supuestas violaciones a los derechos relacionados con la situación jurídica de los internos; este año va una.

Por presuntas deficiencias en el derecho que tienen los reclusos a una estancia digna y segura en prisión se registraron 15 quejas en el 2016; en 2017, dos.

En 2016 la Codhem contabilizó 96 de las inconformidades en contra de la Dirección General de Prevención y Readaptación Social del Estado de México y hasta el 19 de junio de este año, 33.

Contra el Instituto de la Defensoría Pública estatal, 18 el año pasado y una hasta el 19 de junio de 2017.

El año pasado contra el Tribunal Superior de Justicia del Estado de México se presentaron 10 quejas y hasta el 19 de junio del 2017 se han interpuesto tres.

Cárcel peligrosa

EL UNIVERSAL entrevistó a uno de los internos del penal Neza-Bordo que enfrenta una acusación por homicidio, delito que dice no cometió.

—¿Hay mucho riesgo de perder la vida en el penal?

—No tanto de perder la vida, pero sí es un lugar peligroso.

—¿Más peligroso que estar en la colonia más peligrosa de México?

—Pienso que sí, aquí están todos los delincuentes de las zonas más peligrosas.

—¿Quién controla el penal realmente?, ¿los internos, los custodios o las autoridades carcelarias?

—Son más las autoridades carcelarias, pero los custodios son más corruptos, prácticamente de todo piden cuota.

—¿Usted paga protección para que no le hagan daño en el penal?

—No, actualmente no.

—¿Conoce a alguien que pague?

—Conocí a uno que pagaba hasta mil pesos semanales para que no lo agredieran.

—¿Los que no pagan protección son los mas expuestos a que sean agredidos?

—No porque pagues protección ya no te van a hacer nada, sólo que si lo haces ya tienes, como decimos aquí adentro, un paro (...) Tienes un favor de que después te puedas desquitar o cosas así.

—¿Hay crimen organizado en el penal?, ¿desde el interior se operan delitos hacia el exterior?

—Desconozco si se operen delitos desde el interior, pero como en todos lados aquí existe el crimen organizado.

—¿Vive con miedo en el penal?

—No con miedo, pero claro que me preocupo ya que hay ocasiones en las que prefiere uno no dormir.

—¿Ha sufrido alguna agresión?

—Sí, por parte de internos que te buscan problemas y te tienes que defender.

—¿Son constantes las peleas o las agresiones hacia los reos más vulnerables?

—No son muchas peleas, pero las personas más vulnerables son a las que se agarran más de encargo; es decir, son a las que constantemente están molestando.

—¿En la celda donde está usted cuántas personas duermen?

—Ahorita somos 12 personas.

—¿Los alimentos que consumen son de buena calidad y suficientes?

—No son de buena calidad y tampoco son suficientes, pero como muchos de los internos no comen en el comedor del penal pues sí alcanza.

—¿Además de la protección para qué más tiene que desembolsar dinero?

—Para el pase de lista, para que no te pongan a hacer fajina, prácticamente para todo debes de pagar.

—¿Cuánto dinero gasta a la semana?

—Alrededor de 600 pesos.

—¿Su familia lo apoya?

—Sí me apoyan, hago trabajos de madera aquí adentro y mi familia los vende y así es como me ayudo.

—¿Cuál es la versión que se maneja en el penal sobre la muerte de José Octavio, el hombre que fue acusado de violar y matar a la niña Valeria?

—Pues aquí se maneja que José Octavio se suicidó.

—¿Se ha enterado de la muerte de otros internos en el penal, en el tiempo en el que usted ha estado preso?

—Pues sí me ha tocado saber de alguno, no son constantes, pero tampoco he visto a alguno de ellos.

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