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Salvador no puede manejar su combi, modelo 92, desde hace más de un mes; hoy fue su primer día como conductor de Uber.

Pertenecía a la ruta 40, de la que forma parte la unidad donde violaron y asesinaron a la niña Valeria de 11 años de edad, el pasado 8 de junio.

Días después del hecho, la Secretaría de Movilidad del Estado de México suspendió el servicio de esa línea de transporte público, que ofrece del Metro Guelatao al Estadio Neza 86, mientras revisa uno a uno los más de 350 vehículos, para que cumplan con la normatividad vigente.

Uno de esos automotores es de Salvador, quien no ha podido trabajar ni llevar dinero a su familia. Solicitó su ingreso para ser chofer de la empresa Uber y acreditó el examen.

Este lunes fue su primer día y no sabe si podrá entregar una cuenta semanal de 2 mil 500 pesos al propietario del automóvil 2017 que maneja, “pero algo tenía qué hacer para llevar ingresos a mi casa, ya no podía esperar más tiempo porque ya debo dinero”.

Mientras conduce la unidad que ahora tripula, que tiene unos días que salió de la agencia, hace cuentas mentales del dinero que dejó de percibir en el tiempo que no ha podido trabajar.

“De cuenta tenía que entregar 400 diarios, más otros 200 para gastos, más el pago de 2 mil por las placas, yo calculo que más de 15 mil pesos he perdido”, comentó.

Su combi la tiene guardada, sin poder usarla porque las autoridades mexiquenses aún no concluyen con la revisión de esa línea de transporte.

El 8 de junio, el operador de una combi que pertenecía a esa ruta abusó sexualmente de Valeria, una pequeña de 11 años, a la que también le quitó la vida en el interior del vehículo.

El supuesto homicida fue detenido y remitido al penal Neza-Bordo, donde días más tarde se suicidó.

Salvador parece resignarse a su suerte. Sabe que el titular de Movilidad, Edmundo Ranero Barrera, ya advirtió los vehículos no deberán tener más de 10 años de antigüedad y su combi tiene 25 años, por lo que sabe que ese vehículo del que ha obtenido el dinero para darle sustento a sus cuatro hijos y esposa ya no regresará a las calles.

“Dijeron que nos darían un año de plazo para cambiarla por una unidad nueva, pero quién sabe si sea cierto”.

Por lo pronto, trata de familiarizarse con el servicio Uber: “Me han dicho que es mejor sacar un carro nuevo de agencia para que sea de uno y estoy pensando en vender la combi y dar el enganche para meterlo de Uber”.

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