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En “ciudad cascajo” se ha convertido la carretera Naucalpan-Toluca y zonas boscosas aledañas, donde todos los días camiones materialistas que traen desperdicios de la Ciudad de México descargan unas 15 mil toneladas de piedras y tierra sobre árboles, barrancas verdes y tapan ríos, reconoció Sergio Rodríguez Muñoz, director municipal de Medio Ambiente.

En un recorrido realizado por EL UNIVERSAL en la carretera Naucalpan-Toluca, se documentó cómo a partir del kilómetro nueve, montones de cascajo se acumulan no sólo en los carriles de acotamiento de esta vía, sino además sobre barrancas, árboles y ríos de la zona de San Francisco Chimalpa, modificando el paisaje verde por el de tiraderos de cascajo.

Sergio Rodríguez Muñoz, director de Medio Ambiente de Naucalpan, acusó que todos los días llegan a Naucalpan unos 500 camiones de carga procedentes de la CDMX, especialmente de la zona de Polanco y el poniente, donde desarrolladores construyen conjuntos inmobiliarios y comerciales, quienes sin control alguno llegan a ejidos como Chimalpan, San Mateo Nopala y Tepatlaxco donde descargan unas 15 mil toneladas de cascajo sobre bosques de encinos, cubierta forestal y tapando ríos y barrancas, en lo que representan un ecocidio de grandes dimensiones, asegura.

Por ello, Naucalpan pide apoyo de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) y de la Procuraduría de Protección al Ambiente del Estado de México (Propaem), para detener y sanear cerca de 60 tiraderos clandestinos de cascajo, once de los cuales siguen operando, en algunos casos con protección de hombres armados que incluso rompen sellos de suspensión y clausura, apuntó el funcionario municipal.

Es urgente que la Profepa y la Propaem intervengan en municipios limítrofes con el Ciudad de México, especialmente Naucalpan y Huixquilucan, que son afectados por la descarga de miles de toneladas de cascajo y desperdicios industriales sin control, reiteró el director municipal.

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