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“Vamos a ver cómo le hacemos para salir adelante, eso es lo que más nos importa a todos, no digo que a uno, a todos nos importa que esto se solucione rápido para que podamos seguir adelante”, dice Paula Isabel Urbán Gamboa, locataria del tianguis de San Pablito.
Doña Paula, de 63 años de edad, fue la primera presidenta del mercado pirotécnico de Tultepec y entonces agrupaba a 100 vendedores. Usa andadera para desplazarse y afortunadamente ya no atiende el local de su propiedad, por lo que no estaba en el tianguis cuando se quemó, el pasado 20 de diciembre.
“Nos ha afectado bastante porque es nuestra economía. Lo que nos pasó ahí fue muy fuerte. Aparte de las personas que fallecieron, ha sido muy duro para nosotros toda la situación y nos ha afectado la economía”, explica.
La mujer es pirotécnica de nacimiento. Su padre inició el trabajo con la pólvora y enseñó a su familia a elaborar y vender cohetes. Sus tres hijos se dedican a esta actividad.
“Nosotros hacemos varias cosas, varitas, torbellinos, hormigueros, pirinolas, muchos productos, todo un arte”, comenta la mujer.
Añade que se dedican a la pirotecnia porque es su principal fuente de ingresos, pero también por el amor a la artesanía, a crear, a dar alegría a las personas, sobre todo a los niños.
“Y sí, estamos en el peligro, pero ese es nuestro trabajo”, admite.
Otro predio. Doña Paula se opone a que el tianguis de San Pablito sea reconstruido en el mismo sitio. Piensa proponer al gobierno del Estado de México que sean reubicados y en menor cantidad, tal vez en dos predios, para que en caso de accidente no haya tragedias gigantes como la ocurrida el pasado 20 de diciembre.
“De mi parte, sinceramente no me gustaría que se abriera el tianguis por los muertos que hubo. O que nos reubicaran a otro lugar. Distribuirlo de otra forma o con cuidado. Debemos estar ya muy separados. Pienso, no sé, hablar con el gobierno para que unos en un lado, otros en otro, para que no estemos todos en una parte. Fue muy fuerte”, insiste.
Destaca que los pobladores de Tultepec aún no superan lo ocurrido en San Pablito, a pesar de los intentos para hacerlo.
