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Ecatepec, Méx.— En el Cerro del Viento estará su última morada y hasta aquí llegó procedente de Perú, para que sus seres queridos, amigos, vecinos y admiradores lo despidieran.

Con vítores recibieron el cuerpo del alpinista mexicano José Miguel Mendoza, quien murió la semana pasada al registrarse una avalancha cuando se encontraba a 5 mil 800 metros de altura en el Nevado de Huascarán, en la cordillera de Los Andes, con otro compatriota y dos guías incas.

Las porras y los aplausos se escucharon cuando el vehículo que transportaba su cuerpo arribó a la colonia Ejidal Emiliano Zapata, donde vivía con su esposa y tres hijos.

El reloj marcaba las 14 horas cuando el féretro llegó a esta comunidad ecatepequense de donde partió José Miguel hace unos días para cumplir otro de sus anhelos: conquistar la quinta cumbre más alta de América.

“Siempre en la cima. 1971-2016. Descansa en Paz”, decía un cartel que fue colocado en la unidad que transportó a José Miguel del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México hasta este lugar.

El talán talán de las campanas de la iglesia de San Isidro Labrador sonaron para darle la bienvenida a José Miguel y para convocar a los que esperaban desde hace varios días su llegada a la tierra donde le darán el último adiós en las próximas horas.

Los aplausos y loas se conjugaron con las lágrimas que rodaron por las mejillas de sus seres queridos y de algunos amigos que conocieron sus logros como deportista y ser humano.

El ataúd, que fue envuelto con la enseña nacional, fue llevado a un salón ubicado en la calle Miguel Hidalgo e Ignacio Zaragoza, en donde será velado y este jueves partirá hacia el panteón de San Cristóbal.

Fotografías de José Miguel fueron colocadas cerca del recinto donde estaba su cuerpo, así como varias de las medallas que obtuvo.

“Gracias Miguel, gracias Miguelito, Maiqui como te decimos por esa alegría que nos diste para enseñarnos a vivir ahora con el dolor, gracias mi hijo amado porque yo sé que tú nos dejaste esa fuerza y esa fortaleza”, dijo su madre ante su cuerpo.

Maiqui tenía 45 años de edad, era instructor de deportes extremos, demostró su capacidad y entrenamiento al alcanzar la cima de las cumbres más importantes del país como el Pico de Orizaba, Nevado de Toluca, La Malinche e Iztaccihuatl.

Contaba con 30 años de experiencia en el alpinismo y a nivel internacional realizó expediciones en Estados Unidos, Argentina, Brasil entre otros países, su siguiente meta era escalar el Everest.

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