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Chimalhuacán vive en relativa calma 25 días después del primer ataque de La Degolladora y de que la Procuraduría General de Justicia del Estado de México (PGJEM) logró capturar a la presunta responsable de las agresiones que le costaron la vida a dos mujeres, así como lesiones a otras cinco personas, entre ellas dos varones.

Pese a su detención, familiares de las víctimas exigen que se mantengan las medidas de seguridad implementadas por la Policía Municipal. “Mi mamá tiene miedo de salir, a ella la atacó La Degolladora, los navajazos fueron gruesos, le colgaba la carne”, relató el hijo de unas de las víctimas.

Tras los hechos, las autoridades municipales implementaron operativos, reuniones vecinales e instalaron alarmas en los barrios de Labradores, Curtidores y Ebanistas.

La alcaldesa electa de Chimalhuacán, Rosalba Pineda, repartió dispositivos que, al accionarlos, alertan al Centro de Mando de la Policía Municipal. En una reunión con vecinos de esta región del Estado de México, explicó que la entrega de 40 botones es sólo una medida para prevenir cualquier delito, no y dar una pronta atención.

Esto no fue bien recibido por algunas personas, vecinos de la calle Felipe Barriozábal —del barrio de Curtidores— al considerar que si se repiten los ataques, no hay posibilidad de reaccionar más rápido que un asesino. “Si te llegan por la espalda, no te das cuenta, los ataques pueden ser en cuestión de segundos”, dijo uno de ellos.

De acuerdo con el director de Seguridad Pública del municipio, Cristóbal Hernández, Chimalhuacán cuenta con 700 elementos en operativos y se apoyan con 100 cámaras de video instaladas en vías primarias, así como más de 2 mil botones de alarmas repartidos entre los barrios con mayor índice de inseguridad, para dar cobertura a las más de 800 mil personas que habitan este municipio de la zona oriente del Valle de México.

Datos de la policía municipal señalan que al día reciben entre 15 y 20 alertas gracias a los botones que se encuentran distribuidos en los 98 barrios de Chimalhuacán y con ello han logrado inhibir delitos; no obstante, el comandante de esta institución asegura que la tecnología con la que trabajan es insuficiente.

“La instalación de cámaras se priorizó para las avenidas primarias, entradas y salidas del municipio, pero necesitamos más”.

Tanto la alcaldesa electa como el comandante de la policía municipal recordaron que Chimalhuacán está a la espera de recibir más de 100 cámaras de video vigilancia que forman parte del proyecto estatal G-135 y que, aseguran, ayudará para la seguridad de los vecinos de toda la región.

El proyecto G-135 forma parte de una estrategia integral de seguridad impulsada por el gobierno estatal que trabaja con una plataforma de herramientas tecnológicas y sociales para mejorar la calidad de vida de los habitantes en el Estado de México, pero que a la fecha no ha sido entregado al municipio.

“Nosotros tenemos la obligación de cuidar los 98 barrios y colonias que tiene el ayuntamiento, tenemos que adecuar nuestro trabajo operativo; es decir, si no tenemos patrullas, mandamos una para cada barrio del municipio, pero es insuficiente el equipamiento con el que contamos”, lamentó el director de Seguridad Pública, quien aseguró que continuarán con la vigilancia.

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