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Con la ausencia del PRI, representantes del PRD y PAN coincidieron que después de 30 años de debate y desencuentros entre partidos políticos, la reforma constitucional representa la mejor oportunidad para garantizar derechos plenos a la ciudadanía.
No obstante, para Morena la reforma que dio origen a la Ciudad de México como entidad autónoma es sólo una muestra más de que nos “están dando gato por liebre”.
Durante la realización del primer foro público El Nuevo Régimen Político de la Ciudad de México, organizado por el Parlamento Ciudadano en la delegación Cuauhtémoc, la senadora panista Mariana Gómez del Campo pidió no ideologizar la nueva Constitución de la Ciudad de México.
Consideró imprescindible llevar a cabo una reingeniería de gobierno que permita un régimen desconcentrado: “Actualmente las jefaturas delegacionales apenas si manejan el 20 % de los recursos públicos de la capital”.
El líder del PRD en la Ciudad de México, Raúl Flores, se pronunció por una carta magna que amplíe los derechos ciudadanos. Desde el Foro Lindbergh, en el Parque México, llamó a combatir los intentos del PRI a sobre representarse en la Asamblea Constituyente; así como a designar a representantes provenientes de otros estados que nada tienen que ver con la ciudad y que son ajenos a los intereses de la capital.
Mencionó que dentro de las propuestas que hará el PRD para ser incluidas en la Constitución política de la capital está la creación de una fiscalía independiente, para que el jefe de gobierno no sea quien nombre al procurador sino que surja del voto popular, con lo que se permitiría que los juicios estén alejados de sesgos políticos o dependan del poder central.
En representación de Morena, Alejandro Rojas Díaz Durán aseguró que la reforma constitucional no ofrece a los capitalinos ni soberanía ni autonomía. Dijo que es una libertad condicionada, porque quien seguirá teniendo preponderancia por encima del jefe de Gobierno será el Ejecutivo federal.
Marco Rascón, aspirante a ser constituyente de manera independiente, señaló que la lucha no es “contra fantasmas”, sino por mantener y fortalecer los derechos y libertades consolidadas en la Ciudad de México.
