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Con el aval de 23 legislaturas locales, la Comisión Permanente hizo la declaratoria de constitucionalidad de la reforma política de la Ciudad de México, misma que fue enviada al Ejecutivo federal para su publicación en el Diario Oficial de la Federación (DOF).

Con este cambio constitucional dejará de existir el Distrito Federal y a la capital del país se le denominará Ciudad de México, que gozará de autonomía como una entidad federativa y tendrá su propia Constitución.

Para ello se convocará a una Asamblea Constituyente que, junto con el jefe de gobierno, redactará la Carta Magna de la Ciudad de México.

Ante el jefe de gobierno capitalino Miguel Ángel Mancera, quien estuvo presente en la sesión, el presiente de la Comisión Permanente, Jesús Zambrano (PRD), expresó que con la declaratoria de constitucionalidad comienza una nueva etapa para la Ciudad de México, que será el último acto del Congreso de la Unión sobre el régimen interno de la capital.

“Desde la reforma de 1996 y 1998 que dejó atrás siete décadas de concentración del poder en la autoridad federal, en el Departamento del Distrito Federal y las delegaciones. Con el nacimiento de la Ciudad de México, los órganos Ejecutivo, Legislativo y Judicial se fortalecen como poderes locales en su autonomías”, aseguró.

Zambrano Grijalva recordó que ahora las delegaciones pasarán de gobiernos unipersonales a alcaldías con un consejo (como un cabildo) que trabajará de forma colegiada: “Los capitalinos elegirán una Asamblea Constituyente, por lo que los partidos políticos y la sociedad civil tendrán que imaginar una sociedad sustentable, justa, demócrata y vanguardista”.

En el Salón Verde de la Cámara de Diputados asistieron como invitados de honor, además del jefe de gobierno, el presidente nacional del PRD, Agustín Basave; Porfirio Muñoz Ledo, uno de los artífices de la reforma política de la ciudad, y el subsecretario de Enlace Legislativo de Gobernación, Felipe Solís Acero, entre otros.

Al hacer uso de la tribuna, el coordinador del PRD en el Senado, Miguel Barbosa, dio la bienvenida a la Ciudad de México y destacó que entre los retos se encuentra la Constitución de la capital, que debe ser la más progresista, con conceptos de avanzada en derechos humanos, justicia social, seguridad pública, combate a la corrupción, transparencia y rendición de cuentas, entre otros.

Barbosa Huerta destacó que en la conformación de la Asamblea Constituyente sería “saludable” que el presidente Enrique Peña Nieto y el jefe de gobierno, Miguel Ángel Mancera Espinosa, designaran a personas que aporten al nuevo pacto social de la ciudad y no a incondicionales.

“Este pacto no puede ser producto de un acuerdo entre fuerzas políticas o entre poderes locales y federales, estamos obligados a realizar un esfuerzo adicional y extraordinario para lograr acuerdos a favor de la ciudad”, dijo.

El senador Enrique Burgos (PRI), presidente de la Comisión de Puntos Constitucionales, expresó que la reforma es un punto de partida porque habrá de generarse toda una serie de instituciones para impulsar las mejores condiciones de convivencia para los habitantes de la ciudad.

“Con la reforma constitucional… se tendrá un Poder Legislativo electo popularmente, cuyos integrantes tendrán un mandato de tres años y serán susceptibles de ser reelectos en forma consecutiva por un periodo total de 12 años; tendrá un Poder Ejecutivo —no órgano ejecutivo— electo para un periodo de seis años, sin posibilidad de ser reelecto”, comentó.

La senadora Mariana Gómez del Campo (PAN) reconoció que si bien la reforma tiene avances se quedó “muy corta”, porque no transforma a la ciudad, no crea un nuevo modelo de capital, no dota de autonomía a las delegaciones, no convierte a los alcaldes en figuras de gobierno más fuertes y con mayor capacidad de decisión. No obstante, dijo, se abre la puerta a cambios que podrán incorporarse en la Constitución capitalina, por lo que “hacemos un llamado enérgico al jefe de gobierno que tiene la facultad de elaborar el proyecto de Constitución para que no dé un solo paso atrás en la democratización de la ciudad”.

Dudas en proceso. La coordinadora de Morena en San Lázaro, Rocío Nahle García, dijo que un día de celebración para todos los ciudadanos no convenció, por la manera en que se aprobó la reforma y el método en que la partidocracia y el poder escogieron para elegir a los integrantes de la Asamblea Constituyente: “Son 100 constituyentes que se formarán con una designación antidemocrática, por elección de partidos y de personas que están en el poder. No es lo que Morena quería, no es lo que esta capital, que por 20 años ha llevado a jefes de gobierno en una forma democrática, merecía”.

La senadora independiente Martha Tagle coincidió en que se dejó de lado la participación ciudadana en la Asamblea Constituyente, por lo que afirmó que la ciudad merece una Constitución, fruto de una amplia participación de sus habitantes, que recupere la voz de todos los sectores.

Solicitó al jefe de gobierno, al titular del Ejecutivo, al Senado y la Cámara de Diputados, quienes habrán de designar a 40 diputados constituyentes, que al menos la mitad de los que se integren sean mujeres para poder cumplir con el principio de paridad de género.

La diputada Sharon María Teresa Cuenca (PVEM) aseguró que es un día histórico y de gozo para los habitantes de la ciudad, toda vez que es una reforma que por años se le debía la capital del país. “Con esta reforma próximamente la Ciudad de México se sumará al Constituyente permanente, que será parte de las reformas constitucionales que posteriormente vendrán, y eso para mí es de festejarse”, dijo.

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