A un día de dejar el cargo como presidente del PRI-DF, Mauricio López Velázquez admite estar tranquilo, agradecido y satisfecho porque deja un instituto político fortalecido y unido, con la encomienda de que los grupos o tribus no son dueños de las posiciones.

“Se pueden tener grupos políticos al interior, pero las candidaturas y las dirigencias son temporales”, afirma.

Acepta que su ciclo concluyó de manera satisfactoria, contrario a lo que pensaban algunos actores que lo condenaron al inicio de su gestión y que le pronosticaban una derrota.

Presume que en las pasadas elecciones la actual administración mantuvo la delegación Cuajimalpa, regresó a Milpa Alta y ganó Magdalena Contreras. Además logró tener una bancada que marca la diferencia en la Asamblea Legislativa del Distrito Federal.

Hoy el líder priísta, con 28 años de militancia, advierte que su generación, su equipo, sí pudo: “Metimos unos nueve goles, antes nos goleaban… Le debía mucho al PRI e hizo mucho por mí. Puedo decir ‘partido no te debo nada, partido no me debes nada, partido estamos en paz’”.

Se congratula de que el PRI siga construyendo con nuevos liderazgos y una renovación que se quiere para 2018.

Por eso reconoce a los compañeros que participaron en el proceso para la elección de la nueva dirigencia. Dice que son su amigos, que sabe de sus capacidades, resalta a la diputada local con licencia Mariana Moguel, a quien conoce desde los 16 años de edad y se perfila como la actual triunfadora.

“Mariana es Mariana por sí misma, reconocida por su trabajo y no por la cuna en que nació. Hace tres años perdió una elección por Miguel Hidalgo y ahora es la primera mujer que gana un distrito para el PRI”.

El dirigente local asegura que “el reto del PRI-DF será el de tener un nuevo discurso, una oferta distinta para la ciudad y, sobre todo, fungir como una oposición responsable”.

Sin titubeos, advierte que no una oposición definida en contra de Miguel Ángel Mancera (jefe de gobierno) o del PRD, sino a favor de los ciudadanos. “Hay un PRI que tiene que cambiar allá abajo, en estructura territorial, en el trabajo, en las colonias, en las células básicas del partido [...] No transando ni subordinándose, sino en la transparencia y a la luz del sol haciendo política por el bien de la ciudad”.

Prefiere no calificar su desempeño, eso lo deja a los militantes: “En política los resultados son los que hablan”.

Reconoce que quedan pendientes en su periodo de año y medio, que se vuelven un reto para el partido el próximo año. Le faltó meterse en la reestructuración del PRI.

Señala que Mauricio nunca ha sido un hombre de rencores, pese a los ataques y agravios.

Sin tapujos, López habla fuerte y aprovecha para dar un mensaje rumbo a su salida de la dirigencia local: que llegó a la presidencia del partido sin buscar un interés personal y que esto quedó demostrado.

Acepta que logró la conciliación en el instituto político a través de un cambio sin ruptura, sin tener que utilizar la guadaña sin razón, tal y como prometió desde el inicio de su administración.

Si hubiera actuado de otra forma, al PRI le hubiera ocurrido lo mismo que a la oposición. Buscó “transformar y cambiar, que entendieran que aquí las fracciones y las tribunos no son dueñas de las posiciones”.

¿Cómo combatir a aquellos que no quieren dejar el poder?

Con nuevas formas de hacer política, eso es lo que los ciudadanos no entienden, no quieren,, las corrientes y los grupos no son dueños de los registros partidarios... En la medida que se cambie esa política cotidiana se logrará la transformación.

Desde el Salón Presidentes, donde en los próximos días habrá de aparecer su cuadro como ex presidente del partido, resalta que tuvo el mejor resultado en 21 años, desde aquellas elecciones locales cuando el tricolor tenía dificultades para poder ganar.

Responde a quienes se preguntan cómo es que estuvo en un lugar noveno para ocupar una diputación federal y no se aprovechó.

Acoge que lo alcanzó una sentencia del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, que demandó respeto a la equidad de género en donde ni siquiera él fue impugnado.

“Creo hay que señalar claramente que las dirigencias de los partidos son para servir a los militantes y los ciudadanos. Hay que cumplir con la ley y con la norma, y si es una resolución de género y yo —que he sido un convencido del empoderamiento de la mujer— no va a ser por mi interés de permanecer en un cargo como ello se limite. Aunque no fui el impugnado, la sentencia en sus alcances me alcanzó y actúe en consecuencia”, explicó.

Justifica que se trata de garantizar que el partido se renovará y que siguiera el avance en materia de equidad de género. Pese a ello, Mauricio López se siente con ganas de seguir colaborando en lo público, no le preocupa el próximo cargo, pero está claro de que debe existir un cambio.

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