Las 16 internas del Centro Femenil de Reinserción Social Santa Martha Acatitla que participan en el Taller de Alta Costura financiado por el Gobierno de Australia, recibieron diplomas avalados por el Instituto de Capacitación de la Ciudad de México y el Instituto de Liderazgo Simone de Beauvoir, en reconocimiento a su capacitación y desempeño en este rubro.

El evento realizado ayer, estuvo encabezado por el Subsecretario de Sistema Penitenciario del Distrito Federal, Hazael Ruíz Ortega, y el Embajador de Australia, Timothy Spencer George.

Ahí, el funcionario capitalino recordó que este taller inició el pasado mes de febrero con 10 máquinas de alta costura que fueron patrocinadas por el gobierno australiano; con ellas las internas confeccionan uniformes ejecutivos, pantalones, blusas, entre otras prendas, que se comercializan entre empresas privadas. De la ganancia, las reclusas reciben un porcentaje que las mantiene a flote tras las rejas.

“Agradecemos al señor Embajador su apoyo para conformar este Taller de Alta Costura; en él, las internas han aprendido a diseñar y confeccionar prendas con niveles de excelencia y confiamos que con estos buenos resultados, el gobierno de australia nos apoye para adquirir otras máquinas y así ampliar el aprendizaje y la confección de prendas de lujo para que las internas, al salir de reclusión, puedan tener una opción de autoempleo.

“El objetivo del sistema penitenciario es buscar una verdadera reinserción social, que los internos tengan una verdadera posibilidad de integrarse, de manera correcta, a la sociedad en compañía de sus familias. Sabemos, y ellos están conscientes, que cometieron un error pero que el camino se puede rectificar”, señaló Ruíz Ortega.

El subsecretario reconoció el respaldo del Instituto de Liderazgo Simone de Beauvoir A.C. para la realización del proyecto Capacidades Productivas para Mujeres Reclusas de Santa Martha Acatitla del que es parte este Taller de Alta Costura.

En el Sistema Penitenciario capitalino existen por lo menos seis empresas maquiladoras que contratan a los internos, quienes trabajan en ellas y reciben un sueldo similar al que ganarían estando en libertad. Tras las rejas se crean uniformes, utensilios desechables, así como kits de artículos para cocina, entre otros productos. A finales de este año, se espera que el numero de empresas interesadas en invertir en los internos se incrementen a 10.

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