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Ahora que la Procuraduría General de Justicia de la Ciudad de México (PGJCDMX) está acéfala, luego de la renuncia de Rodolfo Ríos Garza y que momentáneamente el subprocurador de Averiguaciones Previas Centrales, Edmundo Garrido, asumiera la responsabilidad como encargado del despacho, académicos y activistas dieron a conocer el perfil ideal del nuevo abogado de la ciudad.

Para los especialistas en temas de seguridad, quien ocupe el cargo de procurador —y después posiblemente de fiscal general— debe contar con la experiencia necesaria para escuchar y analizar las diversas voces que se levantan cuando se da a conocer una “injusticia”, también debe conocer a fondo el trabajo de los Ministerios Públicos, de agentes de calle y la problemática que atraviesa la procuraduría local.

Para los activistas y defensores de derechos humanos, quien ostente el cargo debe enfocarse, principalmente, en terminar con las practicas añejas y arraigadas en las Coordinaciones Territoriales y, sobre todo, debe estar abierto a cambiar paradigmas, pues en una ciudad cosmopolita no caben los funcionarios obsoletos y anacrónicos que no abonan a mejorar la percepción de inseguridad.

“Es una elección complicada, la Ciudad de México es enorme y hay muchos rezagos en la impartición de justicia, algo que no empata con el discurso que dice que el otrora Distrito Federal es cosmopolita. Primero de debe garantizar la seguridad a los ciudadanos y luego se debe presumir que es de primer nivel”, dice Camilo Rodríguez, investigador de la UAM.

“Hay que recordar todos los fiascos de Rodolfo Ríos Garza. Nunca reconoció el problema de narcotráfico aquí, los incrementos en la percepción de inseguridad, de homicidios dolosos, de robos, eso no cabe en una ciudad de primer mundo, se debe estar consciente de eso, de los rezagos, al momento de ir a levantar una denuncia y con base en eso trabajar”,

Francisco Rivas, del Observatorio Nacional Ciudadano (ONC), coincide en que el nuevo procurador debe ser más humano y abierto a criticas, y tener un profundo conocimiento del nuevo sistema de justicia penal.

La mejor opción es alguien que surja de la procuraduría, señala, pues de esta manera se envía el mensaje de que si se trabaja bien a largo plazo obtiene un beneficio, como el escalar al puesto más alto.

“Debe ser un convenio de que el sistema de justicia adversarias es la mejor opción para el país. Dicho esto, debe ser una persona sensible a los retos que tenemos en la capital con una fuerte capacidad de rendir cuenta; sensible a los requerimientos y sufrimientos de las víctimas del delito, y comprometido a escuchar a la sociedad civil”, indica.

“Lo mejor es que sea una persona que surja dentro de la institución, de esta manera se manda un mensaje positivo, si llega un externo es como decir: No tenemos a nadie en casa que pudiera con este cargo. Aunque estos liderazgos sirven para mandar mensajes de renovación, pero así es más lo que se pierde que lo que se gana, porque pierden motivación”, comentó Rivas, quien cuestionó en diversas ocasiones la administración del ex procurador Rodolfo Ríos.

Con base en la ley orgánica de la Procuraduría General de Justicia de la Ciudad, con la renuncia de Ríos Garza, el jefe de Gobierno debe proponer a quien considere mejor para el cargo y que esté en funciones los próximos 12 meses, de no ser así, el subprocurador de Averiguaciones Previas Centrales ocupa el puesto de manera interina.

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