Estudiantes que concluyen sus estudios desde preescolar hasta la universidad se muestran ilusionados por haber cumplido una etapa de su vida, unos para continuar su preparación académica y otros para dar paso a su vida profesional, pero el común denominador de todos es disfrutar su fiesta de graduación .

De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), en México 63 por ciento de los niños y niñas de tres a cinco años de edad asisten a guarderías y preescolar; 96 por ciento de menores de seis a 14 años, cursan la primaria y secundaria; mientras que 44 por ciento de los jóvenes de 15 a 24 años, van al bachillerato, universidad o Politécnico.

De los jóvenes en el nivel superior, que se estiman son tres millones 377 mil 372, solo 25 por ciento aproximadamente, se gradúa y cinco de cada 10 desertan de los estudios.

Hace unos 50 años, los graduados eran solamente los estudiantes que terminaban sus licenciaturas en la universidad, pero hoy en día las graduaciones son por concluir el kínder, primaria, secundaria y preparatoria, y éstas se han incrementado en los últimos años en las escuelas de nivel básico obligatorio (preescolar hasta bachillerato) tanto privadas como públicas.

La organización de estas fiestas de niveles educativos básicos van desde la misa, si profesan principalmente la religión católica, la fiesta, juegos y entrega de diplomas; mientras que otros prefieren irse de viaje o a un centro recreativo como ferias o parques temáticos.

De ahí se desprende un importante mercado por la venta de vestidos y todo el ajuar que implica, como zapatos, accesorios (collares, aretes, tocados para el pelo), peinado y maquillaje, así como contrataciones de empresas organizadoras de estas fiestas, alquiler de salones, banquetes y en el caso de los pequeños, juegos como brincolines.

En entrevista con Notimex , locatarios del Centro Histórico capitalino, en la calle 20 de Noviembre, declararon que a diferencia de otras temporadas de graduación, es que en este año las ventas han bajado de 20 a 40 por ciento, y que lo que ha mantenido la venta son las personas que buscan el vestuario para los menores de kinder a secundaria.

En el recorrido que realizó Notimex por esta zona se constató el ir y venir de las niñas y jóvenes con sus padres para ir a comprar el vestido de graduación, no solo de la homenajeada, sino de la mamá y de las hermanas.

El gasto que representa a una familia estas compras va desde tres mil hasta 13 mil o 15 mil pesos que cuesta un vestido, dependiendo si son de importación; los zapatos que van desde 500 a más de mil pesos, y los accesorios que cuestan un promedio de 500 pesos.

A lo anterior hay que sumar el boleto para la cena, que va desde 900 pesos hasta unos mil 500 o más, si el grupo de graduados es reducido.

Una opción que tienen sobre todo las jóvenes que se van a graduar es la renta de vestidos, por lo que la directora de “One Night Stand”, Martha Sánchez, informó que en esta temporada fuerte de graduaciones la renta de vestidos y accesorios se ha incrementado en 45 por ciento.

Los costos son accesibles, pues los vestidos que renta son de importación, modelos exclusivos y tienen un costo de mil 200 pesos, de jueves a domingo, e incluye la tintorería. En tanto que accesorios como collares, aretes y pulseras se rentan por 150 pesos, y la bolsa de fiesta, dependiendo la marca, entre 400 y 500 pesos.

Los organizadores de fiesta en esta temporada de graduaciones, que son los meses de julio y agosto, son los más socorridos, pues ellos organizan todo el evento por un costo relativamente bajo que se incluye en el presupuesto que se hace para la fiesta, que en promedio es de unos 100 mil pesos.

Este presupuesto incluye el salón, menú de la cena en cuatro tiempos, grupo musical, zanqueros (personajes con zancos disfrazados de arlequines), maestro de ceremonias, brindis con chapaña, diplomas, una manta de bienvenida y un video que muestra la vida de los jóvenes desde que eran niños hasta su graduación.

Y al final el mariachi y tequila; algunos ofrecen una botella por mesa, o que las bebidas alcohólicas las lleven los asistentes sin pagar descorche (derecho de destapar las botellas).

El director de la empresa “Eventos 360”, Rodrigo Sartí, que empezó su operación hace cinco años, explicó que actualmente los jóvenes incluyen los viajes en casi todas las graduaciones, pero lo más importante es la cena de graduación, porque es donde comparten su logro con sus familiares, y sobre todo con sus padres, quienes los han apoyado toda su vida.

“Los viajes no se usan tanto, lo solicitan tal vez un 30 por ciento, porque muchos que son graduados ya están trabajando o hacen su servicio social y no tienen el tiempo porque están trabajando. En prepa viajan un poco más porque tienen el tiempo para hacerlo”, declaró.

Ximena Michaus, de 15 años edad, que concluyó la secundaria y presentó su examen para obtener un lugar en la Preparatoria 8 de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), realizó un viaje a Valle de Bravo con unos 30 compañeros de su generación, el cual duró tres días y un costo de cinco mil 600 pesos.

Maribel Molina, estudiante de 24 años, de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) campus Iztapalapa, que se va a graduar de psicóloga, junto con otros 120 compañeros de la generación 2013-2017, es parte del comité organizador de la graduación.

Esta fiesta la preparan desde hace un año y todo empezó con una plática entre sus amigas, después se juntaron los grupos que concluyen este año sus estudios y ellos contrataron a la empresa “Graduarte” para la organización de la fiesta y se votó porque no hubiera misa para no involucrar cuestiones religiosas y se realizará el 11 de agosto.

El boleto costará mil pesos por persona, su vestido le costará siete mil pesos, y también contrataron a la empresa “Sidat Graduaciones” que ofrece diferentes paquetes de fotografía y anillos de oro o plata; el paquete básico que es solo la foto panorámica e individual y cuesta 600 pesos, mientras que el paquete completo con anillos (de oro o plata), diploma, una playera, un pin y un personalizador tiene un costo de seis mil 600 pesos.

Ella dice que este evento le provoca sentimientos encontrados, mucha alegría, porque es su primer logro como profesionista y mujer, ya que ella es la primera que concluye una carrera en su familia, pero a la vez nostalgia de que ya no irá a la escuela, preocupación porque no hay trabajo y de enfrentarse a la realidad que veía de lejos.

Los niños de cinco y seis años de edad que terminan el preescolar también tienen derecho a graduarse y recordar este momento que es un logro para continuar sus estudios, señaló Yolanda Rodea, quien es vocal del grupo de su hijo Daniel, de seis años, que concluye el preescolar.

Los alumnos de la Escuela “México Olímpico”, en la colonia Jardín Balbuena, en la delegación Venustiano Carranza, realizarán su comida de graduación y una misa el próximo 13 de julio, pero de los 30 niños que concluyen no todos asistirán, pues sus padres no quisieron participar por cuestiones económicas, y los demás prefirieron irse a un parque temático con sus hijos.

El boleto para la comida tiene un costo de 200 pesos por persona, y en total con la renta del salón, la comida, los juegos, la misa y el pastel, se invirtieron unos 20 mil pesos.

Otros padres de niñas de sexto de primaria no están muy de acuerdo con estas fiestas de graduación de pequeños. Ricardo Centeno y Andrea Fernández, padres de Pamela, fueron con su hija a la calle 20 de Noviembre del Centro de la Ciudad de México para comprar su vestido color hueso que es el que acordaron para la graduación.

La cooperación para esta fiesta es de 200 pesos y consiste en misa, música, comida y todas vestidas del mismo color; son unas 22 graduadas y piensan invertir no más de dos mil pesos.

Ricardo Centeno comentó que su hija está feliz, pero en lo personal no entiende por qué hacer todo ese gasto para una graduación de primaria.

“Está bien, es una celebración de cumplir un ciclo y como tal lo asumo, pero bueno, hay que seguirle dando, pero creo que de Universidad sería mejor, y como están las cosas sería de maestría o doctorado, pero la cultura mexicana es consumista y bueno, pues hay que irnos por ahí”, concluyó.

jlcg

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